domingo, 15 de noviembre de 2009

NOLI ME TANGERE

Esto que ahora es mar y una que otra torre que emerge de las aguas, ayer fue una gran ciudad llena de vida. Los hombres que ahora visitan sus ruinas, observan unas largas murallas de piedra con las que mis abuelos intentaron detener la furia de las olas.

--Vivían en la edad de piedra—dijo uno de los investigadores de esa costa sumergida.

--De la piedra pulida porque están tan bien hechas y puestas unas sobre otras que no hay ranuras entre ellas— apuntó el que tenía un pequeño instrumento de medición.

Estaban en la otrora costa de mis sueños, que había cambiado su perfil y su rostro. Todavía se veía fluir el fuego de la sierra y el desprendimiento de la tierra calcinada de las orillas, que caían ambos sobre las aguas hirvientes.

--La tragedia ocurrió hace pocos yins—dijo el que parecía comandar la expedición.

-- Pero no quedó vivo nadie para contar el cuento—agregó el tenedor del instrumento.

--Al parecer sus órganos eran de un tejido que no resistía las altas temperaturas –apuntó el más intrépido de los tres mientras agarraba un pedazo de lo que fue el vestido de teflón reforzado que me construí para evitar ilusamente la muerte.

Entonces empezaron a moverse hacia un camellón sembrado de estatuas pero antes se detuvieron en una torre pequeña en forma de aguja, edificada sobre una de las murallas y que guardaba en su pecho el recuerdo de un reloj que señalaba la hora del desastre.

Las estatuas fueron el centro de interés de los buceadores y hacia allí se dirigieron luego de grabar varias imágenes de la singular torre.

--Son personajes de su historia—dijo el comandante.

--Posiblemente una galería de gobernantes ilustres—agregó el del instrumento.

El más curioso se situó en las escalinatas de la estatua mayor hasta alcanzar la placa del grabado que la identificaba. Para hacerlo tuvo que pasar por encima de varios pedazos de antiguas naves de cabotaje que estaban regados sobre el piso.

--¡Noli me tangere! era su nombre –dijo a los demás que estaban expectantes.

--¿Noli me tangere?—preguntó el comandante--. ¿Sabes lo que significa?

..Sí –dijo el del instrumento--. Aquí dice que traduce “No me toques”. Y agrega que fue la frase con la que un tal Jesús detuvo a una de sus amigas que se disponía a abrazarlo.

--Es entonces una metáfora –dijo el comandante--. La pose del ángel parece decirle no me toques al demonio destructor que hemos perseguido por toda esta galaxia.

Noviembre de 2009.

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