tag:blogger.com,1999:blog-64653832144778203802024-02-20T08:59:08.134-08:00MIS TEXTOS LITERARIOS- ANTONIO MORA VÉLEZ.ANTONIO MORA VÉLEZ:
Poeta, cuentista, novelista, ensayista y gestor cultural. Nació el 14 de julio de 1942. Es considerado uno de los precursores y un clásico de la ciencia-ficción colombiana y el escritor colombiano que más libros de ciencia-ficción ha publicado. Ha obtenido varios premios y distinciones, entre ellas el Libro de Oro de las Letras colombianas que le entregó el Parlamento Nacional de Escritores en el 2014. Fundador de la Tertulia El Bocachico Letrado.
Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.comBlogger69125tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-45855189664413405402021-02-27T14:00:00.002-08:002021-02-27T14:01:22.770-08:00EL BOCACHICO LETRADO CONVOCA A UN CONCURSO NACIONAL DE ARTÍCULOS SOBRE EL CUENTO GLITZA. Para celebrar los 50 años de publicación del cuento de ciencia-ficción GLITZA del escritor Antonio Mora Vélez, cuento ganador de un premio nacional en marzo de 1970 en el concurso auspiciado por el Magazín Dominical del diario El Espectador y que es considerado uno de los mejores cuentos del género en Colombia, la tertulia literaria El Bocachico Letrado de Montería ha decidido convocar a un concurso nacional con las siguientes: BASES: 1.- Podrán participar todos los estudiantes de secundaria de los cursos 10 y 11 de los colegios del país con la certificación del rector del plantel de su condición de estudiante matriculado en uno de los cursos arriba señalado; 2.- Participarán con un artículo escrito a doble espacio, en letra Times Roman 12, no menor de tres páginas ni mayor de cinco, cada una de 23 líneas, excepto la cuarta y la quinta si el artículo termina en alguna de esas páginas; 3.- Los participantes escribirán su nombre completo al final del artículo y agregarán el número de su documento de identidad, su dirección residencial, email, teléfonos y el nombre del colegio donde estudia y curso en el cual se encuentra matriculado; 4.- El concurso se declara abierto a partir de la fecha y se cierra el día 30 de abril. El fallo se divulgará en una ceremonia virtual especial el día 3 de julio del año en curso; 5.- Habrá un jurado inicial para escoger los veinte mejores artículos que deben pasar a la final y otro especial para seleccionar a los tres ganadores del concurso; 6.- Habrá un primer premio por valor de $500.000 al primer lugar, de $300.000 al segundo lugar y de $200.000 al tercero. A los veinte seleccionados para la final se les obsequiará el libro impreso Glitza y otros cuentos escogidos, editado por la Corporación Universitaria del Caribe-CECAR, con la dedicatoria del autor; 7.- Los concursantes deben enviar sus artículos y anexos a la siguiente dirección: tertuliabocachicoletrado@gmail.com Comisión Coordinadora del Bocachico Letrado: Serafín Velásquez Acosta, Carmen Cecilia Morales, Antonio Dumetz Saher y Galo Alarcón Contreras. Con el respaldo del fundador y coordinador General: Antonio Mora Vélez. Montería, febrero 2 de 2021. <p> </p><p class="MsoNormal"><b>EL BOCACHICO LETRADO</b> CONVOCA A UN CONCURSO NACIONAL
DE ARTÍCULOS SOBRE EL CUENTO <b>GLITZA</b>.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Para celebrar los 50 años de publicación del cuento de
ciencia-ficción GLITZA del escritor Antonio Mora Vélez, cuento ganador de un
premio nacional en marzo de 1970 en el concurso auspiciado por el Magazín
Dominical del diario El Espectador y que es considerado uno de los mejores
cuentos del género en Colombia, la tertulia literaria El Bocachico Letrado de
Montería ha decidido convocar a un concurso nacional con las siguientes:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal">BASES:<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">1.- Podrán participar todos los estudiantes de secundaria de
los cursos 10 y 11 de los colegios del país con la certificación del rector del
plantel de su condición de estudiante matriculado en uno de los cursos arriba
señalado;<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">2.- Participarán con un artículo escrito a doble espacio, en
letra Times Roman 12, no menor de tres páginas ni mayor de cinco, cada una de
23 líneas, excepto la cuarta y la quinta si el artículo termina en alguna de
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<p class="MsoNormal">3.- Los participantes escribirán su nombre completo al final
del artículo y agregarán el número de su documento de identidad, su dirección
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el cual se encuentra matriculado;<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">4.- El concurso se declara abierto a partir de la fecha y se
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especial el día 3 de julio del año en curso;<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">5.- Habrá un jurado inicial para escoger los veinte mejores artículos
que deben pasar a la final y otro especial para seleccionar a los tres
ganadores del concurso;<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">6.- Habrá un primer premio por valor de $500.000 al primer
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seleccionados para la final se les obsequiará el libro impreso <i>Glitza y
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<p class="MsoNormal">7.- Los concursantes deben enviar sus artículos y anexos a
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<p class="MsoNormal"><b>Comisión Coordinadora del Bocachico Letrado</b>: Serafín
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<p class="MsoNormal">Montería, febrero 2 de 2021. <o:p></o:p></p>Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-5295867539072635142017-11-18T20:18:00.001-08:002017-11-18T20:18:51.192-08:00<!--[if gte mso 9]><xml>
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<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;">TESIS DE
GRADO</span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Por
Antonio Mora Vélez</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La vieja Torre del Reloj conserva aún su
altivez de reliquia consentida. El amplio Camellón de Los Mártires está plenamente
cubierto de polvo añejo que apenas si se levanta con la suave brisa marina que
se filtra por entre las ruinas de los alrededores. Los bustos de los héroes que
murieron durante la gesta de la independencia han perdido la plenitud de sus
formas, esquirlas de tiempo les han corroído<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>las siluetas, convirtiéndolos en masas de apariencia surrealista, mudos
testigos de un pasado inexplicable pero vital. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Desde lo alto de una pequeña colina, un
joven astronauta filma el panorama. La cámara que acciona enfoca la orilla
mediata del mar sobre un par de islas y capta las figuras escuetas de los
viejos edificios, todos cubiertos de verdín y de malezas y sin la belleza
arquitectónica de los tiempos en que los hombres transitaban por sus lados y
entraban a sus locales y aposentos con seguridad. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El joven astronauta rota un pequeño botón de
su aparato rastreador del tiempo. Primero observa una calle larga atiborrada de
gentes que se mueven raudas, con ansias y paquetes debajo de los brazos. Luego
la interminable secuencia de los buses que recorren la ciudad de un extremo a
otro. Y por la noche la algarabía de los fanáticos en un estadio de pelota,
celebrando la jugada del infielder que cubre la tercera base.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>O los espectadores en un cinema entregados a
las caricias del amor, confeccionando como artesanos del oro la hermosa
filigrana de la supervivencia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pero al joven la interesa más el mar y lo
contempla solo y melancólico, abandonando su orgullo sobre la arenilla de las
costas solitarias.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y lo mira en la pantalla
del pasado, acompañado de sol y de radiantes mujeres al natural, brindándole al
hombre no solo proteínas sino ilusiones. Y lo sigue en su aerogiro, siguiendo
la ruta de las costas hacia el sur, hacia la desembocadura del río lleno de
vida que hizo exclamar al Inca: “Pobrecito del Perú si se descubre el Sinú” y
que ahora lucha por sobrevivir entre las arenas de un desierto en formación. Y
más hacia el sur, hacia la vieja ciudad de sus ancestros y contempla de ella la
famosa avenida primera, de la que solo quedaban pedazos de concreto sumergidos,
apenas visibles en los estratos abiertos por la última creciente del río.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Con la emoción de quien encuentra parte de
su origen, el joven, que ya ha descendido de su aerogiro, digita en la tabla de
su aparato de rastreo del pasado y contempla extasiado un fandango frente a la
vieja bonga de la calle 30 y a María Varilla danzando hasta el cansancio al
compás de un enervante porro pelayero. Y en la terraza de una casa-quinta,
sentados alrededor de una mesa, tomando té helado con limón, a los jóvenes del
grupo literario que hizo historia con sus obras. A Leopoldo, a Nelson, a Soad,
a Gustavo, a José Luis y a Guillermo, y a su tatarabuelo soñador de mundos
diferentes. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Eran los tiempos de la civilización terrestre
en pleno desarrollo. El aire puro de las montañas derramaba generoso su aliento
de vida sobre todos los seres. Todavía la asfixia por la escasez de oxígeno no
había aparecido en el horizonte como la nube negra de presagios siniestros que
sería más tarde. La fragancia de las flores y la caricia de la brisa vespertina
no se habían convertido en nostalgia. La Tierra era vital, plena y hermosa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El joven investigador recordó entonces la
vez que su abuelo le contó la historia del gran viaje que el creyó, por niño,
un hermoso cuento de aventuras producto de la imaginación senil del narrador.
Le dijo entonces: “Fueron como mil naves con cien hombres cada una escogidos
entre los mejores para impedir que la llama de la vida inteligente se apagara
en esta parte del cosmos. Las naves partieron un primero de mayo del año 2.124.
Dos meses después comenzaron los trabajos en la inhóspita geografía marciana
para tratar de reproducir el ambiente añorado de La Tierra, para convertir
desiertos en bosques y abrirle cauces a las corrientes de agua”. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Hoy, para rescatar ese fragmento de su
historia y lograr ensamblar el recorrido de su raza, desde los primeros
inmigrantes de Tau Ceti que llegaron a La Tierra y se desposaron con las hijas
de los hombres del planeta, hasta la etapa actual de su asentamiento en Marte
recobrado. Y para evitar que el olvido sepulte los rastros del ancestro, el
joven de la cámara toma las vistas de la región. Lo golpea la nostalgia del
terruño, saber que en todos esos lugares desolados, amaron y sufrieron,
vivieron y murieron, sus antepasados.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Habla ahora en voz alta con la intención de
grabar sus palabras en la cámara del tiempo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“En La Tierra no todo fue erróneo, absurdo y
maléfico, también hubo naturaleza pródiga, amor y plenitud de ser. Si bien
existieron estadistas que le rindieron culto al fuego de las armas en contra de
la vida, también existieron poetas que le cantaron a las plantas y a la risa,
al mar y al optimismo, al amor y a la solidaridad. Después de contemplar todo
esto, estoy más convencido de la necesidad de revivir ese pasado en nuestras
imágenes para aprender de sus experiencias. La vida no es una novela rosa, está
hecha de rocío y de sudor, de estiércol y de pan, de cicatrices y de sueños.
Los jóvenes antropólogos de Marte debemos fijar nuestros ojos en La Tierra. No
podemos permitirnos el tremendo olvido de la amarga experiencia de La Atlántida
que padecieron los terrícolas durante tanto tiempo. La gran odisea de las mil
naves tiene que ser desmitificada y significar para nosotros algo más que una
aventura de la especie humana en busca de nuevos horizontes”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El joven astronauta guarda el pequeño
micrófono en su faltriquera y deposita la cámara en el estuche integrado de su
vestido espacial.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ahora desciende
lentamente sobre una sabana, frente a un golfo, en la que empieza a reverdecer
la vida. Se posa sobre el césped de las ruinas de un antiguo parque, aspira el
nuevo oxígeno de La Tierra y se queda mirando las nubes rojizas que tachonan el
cielo, pensando en la aprobación de su tesis de grado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En Marte –entretanto- viven y festejan el
sesquicentenario de la nueva morada. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">1.982.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="background-color: white;"></span>Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-61090301202724141192017-05-22T11:12:00.001-07:002017-05-22T11:12:57.964-07:00<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-hyphenate: none; text-align: center;">
<b><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 22pt; letter-spacing: -0.15pt; line-height: 200%;">EL CONCIERTO
DE RAÚL<o:p></o:p></span></b></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 18.0pt;">En memoria<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 18.0pt;">de Raúl Gómez Jattin
y Emiliano Callejas Cantillo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<b><span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 18.0pt;">E</span></b><span lang="ES">miliano y yo bebíamos un par de cervezas en la heladería y panadería
Bon Bini del centro de la ciudad y hablábamos de literatura. Emiliano, poeta
clásico, me decía que la poesía de Neruda dedicada al amor y a la mujer era la
mejor, la trascendente, la que dejaba semillas en el alma. Yo reivindicaba el
mensaje del Canto General y el valor de las Odas Elementales, en especial de
las odas al aire, al vino y al pan. <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Unos años antes Emiliano había publicado en la revista
del grupo un soneto dedicado al béisbol y a los peloteros que ganaron la Serie
Mundial del 49, titulado “No hay con quién”, y yo le decía que ese tipo de
poesía me gustaba porque era un testimonio de admiración por las gestas del
pasado y un nuevo aire para continuar en la brega de recomponer el presente.</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Eran las cuatro de la tarde de un sábado monteriano de
1984 y una brisa serpenteaba por la callejuela en forma de ele que dejaban los
tres edificios Garcés entre sus moles, con sus tres salidas, una –la de Pollos
Chandys- hacia la calle 32, otra –la de la heladería- hacia la carrera segunda
y una tercera, más estrecha, que daba hacia la pizzería de la avenida primera.</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Al mirar hacia la carrera segunda vimos venir a Raúl,
el poeta loco, sucio, barbado, descalzo, agitando sus manazas como si quisiera
abofetear al mundo, y con la ya definida intención en su mirada de sentarse a
nuestra mesa. </span><span lang="ES"> </span><span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">-¡Mierda! –dije yo. Ese loco nos va a dañar la tarde.</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">-No te preocupes –me dijo Emiliano-. Él se las lleva
bien conmigo.</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">-Pero conmigo no –le respondí--. Resulta que yo soy el
paga platos de las actitudes sectarias de José Luís.</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Raúl llegó, no me miró, dijo buenas tardes a Emiliano,
se sentó en una de las sillas desocupadas, dándome la espalda, y le preguntó a
mi compañero de mesa:</span><span lang="ES"> </span><span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">-Médico: ¿Qué es lo que se creen esos tipos de la Casa
de la Cultura?</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">-¿Cómo así? –le dijo Emiliano, haciéndose el que no
sabía nada-. ¿Es que te han hecho algo?</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">-¡Pues claro, su director me ha negado el espacio para
un recital y he tenido que recurrir a la presidenta de la junta para
conseguirlo! ¡Como si yo fuera un poeta cualquiera, médico! </span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">-Bueno pero ya vas a hacer el recital, y eso es lo que
importa. </span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">-Sí, pero me molesta que unos cuenteros – ¡porque
ninguno de ellos es poeta!—me ofendan de esa manera...</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">A propósito...—le interrumpió Emiliano y le hizo señas
para que reparara en mi presencia temerosa, a pocos centímetros de su
intimidante brazo izquierdo puesto sobre la mesa.</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">-¿Y quién es él? No lo conozco—contestó con una cómica
y mal fingida indiferencia. Dirigió entonces su mirada alucinada hacia una de
las vitrinas llenas de pan de la panadería y aspiró con fruición el olor fresco
del pan que salía del horno.</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Emiliano se desconcertó porque pensó que Raúl –noble
como su poesía-- iría a reconsiderar su actitud de rechazo y desconocimiento
hacia mí, y me iría, al menos, a reclamar mi colaboración para su recital de la
Casa de la Cultura. Pero no, intentó levantarse con la intención de coger un
pan del mostrador. </span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Yo aproveché ese instante para jugarme un temerario
lance, corriendo el riesgo de que Raúl me tratara de abofetear, como lo intentó
con José Luis, frente a la cafetería Tosca, unos minutos después de concluir el
programa dominical que el grupo hacía por la Emisora Sinú, y que ese día
habíamos dedicado al cuento Chengue, de Guillermo, que Lecturas Dominicales de
El Tiempo había publicado la semana anterior. </span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">-Poeta –le dije, poniendo mi mano derecha sobre su
hombro-. ¿Usted por qué me odia? ¿Usted no sabe que la primera persona en
Colombia que saludó su poemario fui yo?</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Raúl dudó un instante antes de proceder.</span><span lang="ES"> </span><span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">-¿Eso es cierto, Emiliano? –preguntó enseguida con voz
bronca y una expresión mezcla de resentimiento y de curiosidad.</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">- Sí, poeta, yo leí el comentario de Antonio en su
columna.</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">-¿Y qué dijo? -le preguntó en tono áspero y todavía
sin mirarme.</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">-Dije que su poesía era refrescante, hermosa,
novedosa, auténtica, sinuana, dramática, un nuevo hálito de libertad para la
poesía acartonada de Colombia—le contesté.</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Al poeta se le iluminó el rostro y una sonrisa
apareció en su boca, como si una "legión de ángeles clandestinos" saliera
por ella. Entonces volvió su cuerpo hacia mí. Me miró fijamente pero con
picardía, como queriéndome decir: ¡Te asusté! Y me dijo:</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">--Tú eres diferente, Toño. Definitivamente, tú eres
diferente. Y óyeme lo que te voy a decir –sus ojos se agrandaron, frunció los
labios y adoptó su característica pose de primer actor--: Glitza es un
excelente cuento, un hermoso cuento de amor que he leído varias veces...</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Y soltó una carcajada celebrando el elogio mutuo, una
carcajada teatral que nos abrió las puertas de su alma atormentada. Y a
Emiliano le vino el alma al cuerpo –y a mí también-- y mandó otra tanda de
cervezas y un pan francés grande para Raúl que éste se comió en un santiamén. Y
yo pensé con satisfacción que en adelante no tendría que eludir la presencia
medrosa del poeta en las calles, y que le había ganado una batalla a la
incomprensión y a la insolidaridad. </span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Esa noche –me falta agregar- el poeta con
"corazón de mango del Sinú" nos obligó a escucharle un concierto de
canciones de Juan Manuel Serrat, que se sabía todas de memoria; en calidad de
anticipo del que cantaría unos días después en la Casa de la Cultura, a capela,
descalzo, sucio, descamisado, a la luz de unas velas y con las puertas cerradas
para que no entrara José Luís.</span><span lang="ES"> <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<i><span lang="ES" style="line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 10.0pt;">Sincelejo, 2005</span></i><span lang="ES"><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-24554011473677320602016-12-23T11:47:00.002-08:002016-12-23T11:57:08.619-08:00<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-size: 20.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">La dimensión ética en la obra de Antonio Mora Vélez</span><span lang="ES"> </span><span lang="ES" style="font-size: 8.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">1<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">Por Carlos
Eduardo de Jesús Sierra Cuartas * <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Cada vez que se aborda la historia de la ciencia ficción en Colombia,
suelen destacarse los nombres de dos escritores conspicuos del género: René Rebetez
Cortes y Antonio Mora Vélez. Esto no es algo casual si leemos a ambos autores
en clave bioética, esto es, si reparamos en la presencia de la dimensión ética
en su obra escrita. Así las cosas, aunque no sea tan espectacular lo producido
en este género en el seno del mundo hispano si hacemos la comparación con
respecto a mundos como el anglosajón, el galo, el tudesco y el eslavo, no hay
dudas en cuanto a que lo modesto de la producción hispana en lo que a la
ciencia ficción concierne no ha sido óbice para la génesis de aportes en
relación con el uso responsable del enorme poder otorgado al ser humano por la
tecnociencia, un tema de apremiante actualidad como cabe apreciar, amén de la
literatura propia del campo de la bioética y áreas afines, en la reciente carta
encíclica del Papa Francisco, esto es, Laudato Si'. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">Al pasar revista a los textos de Antonio Mora Vélez, la dimensión ética
salta de inmediato a la vista en los títulos de algunos de ellos, como, por
ejemplo, en sus ensayos titulados El humanismo de la ciencia ficción, La
deshumanización de la función pública, Universidad y formación moral, y
Filosofía y democracia. Por lo demás, los títulos de sus relatos de ciencia
ficción no siempre sugieren a primera vista un trasfondo bioético, el cual aflora
tras una lectura detenida de los mismos, como en sus relatos Glitza, El juicio
de los dioses, La duda de un ángel, Diez de plata, Ejercicios fílmicos, y Error
de apreciación. En todo caso, no queda duda en cuanto a que la obra de Mora
Vélez ha incorporado la indispensable reflexión ética a propósito de los usos
responsables de la tecnociencia. En general, los cuentos, ensayos y poemas de
él han merecido la publicación en diversas revistas de América y Europa. Quizás
el mejor punto de partida para adentrarnos en esta dimensión de la obra de Mora
Vélez su ensayo El humanismo de la ciencia ficción, el cual aborda una
característica que han destacado así mismo otros de sus cultivadores en
diversos países a lo largo del tiempo. En tal ensayo, síntesis de una conferencia
dada por el autor en la Hemeroteca de la sede Bogotá de la Universidad Nacional
de Colombia, Antonio Mora Vélez, filósofo de formación, comienza por señalar la
unidad que tenemos con el universo, que somos uno con la naturaleza, una verdad
harto conocida desde la Antigüedad, pero que, por desgracia, el hombre actual
ha olvidado. En la actualidad, como apunta Mora Vélez, las ciencias han
aportado un conjunto de datos que respaldan este aserto. Así las cosas, tan
nefasto olvido ha conducido a nuestra civilización a destruir la naturaleza. En
otras palabras, se ha perdido el sentido del religare. En este punto, Mora
Vélez concluye que la ciencia ficción debe retomar este principio filosófico
con el fin de defender a natura. La segunda parte de esta conferencia de Mora
Vélez tiene un título demasiado preciso como para pasarlo por alto: La ciencia
destructora. En efecto, citando a Freeman Dyson, señala que, a menos que el
progreso de la ciencia esté acompañado por el de la ética, desemboca de manera
ineluctable en una enorme confusión y miseria para la humanidad. Además, le
enrostra a las ciencias mal llamadas puras que están alejadas de los problemas
cotidianos dado su enclaustramiento en campos esotéricos como los que más. De
esta suerte, las ciencias, dado su uso irresponsable, han acarreado una
destrucción considerable de la naturaleza y la vida. En este escenario, la
ética ha quedado como uno de los temas fundamentales de la ciencia ficción,
máxime por ocuparse ésta del futuro. Esto significa que el género ha ampliado
el papel de la imaginación y reorientado su norte hacia el humanismo. En
palabras de Mora Vélez, plasmadas en su ensayo El mar en la ciencia ficción:
"La ciencia ficción es un género de literatura que se ocupa de mostrarle
al hombre perspectivas, siniestras o paradisíacas, y de criticar con su
imaginario las tendencias nocivas que degradan al hombre y colocan a la
humanidad en la línea del desastre". En lo que a sus cuentos atañe,
comencemos por resaltar la dimensión ética del relato que lleva por título Diez
de plata, cuyo motivo principal es la segregación social entre ricos y pobres
según podemos apreciar en estas palabras, casi al inicio: "Los ciudadanos
de oro no usaban monedas de plata y los ciudadanos de plata no tenían con qué
pagar el cambio de las monedas de oro". Todo transcurre en un mundo en el
cual escasea el oxígeno en general, por lo que, para respirar, es menester
proveerse del mismo a cambio de una tarifa. Así, el protagonista del relato
fallece ante la imposibilidad de inhalar el precioso gas al no contar con las
monedas necesarias. Por su parte, Error de apreciación trata de la llegada de
una misión alienígena a la Tierra, cuya nave se posó sobre un paraje del gran
desierto norteamericano. A corta distancia, estaba un viejo indio que fumaba y
contaba las estrellas. Al llegar hasta donde él estaba, los astronautas
extraterrestres le preguntaron al indio si había otros como él en la Tierra, a
lo cual respondió que todos estaban muertos y, luego, añadió: "Todos
murieron de soberbia. Quisieron llegar más lejos de sus límites y lo
destruyeron todo y se destruyeron ellos mismos". He aquí unas palabras
que, en forma lapidaria, expresan el destino de las civilizaciones que usan la
tecnociencia en forma irresponsable. Si hay un cuento conocido de nuestro
escritor, es Glitza, quizás muy optimista al plantear una sociedad en la que
priman la hermandad y la solidaridad, una repetición en un nivel superior del
lema de los mosqueteros: "Todos para uno y uno para todos". En lo tecnocientífico,
Glitza brinda una concepción del buen uso de la ingeniería genética, usada por
su protagonista femenina, que le da el nombre al cuento, para cumplirle a su
amado, Vernon, una promesa de matrimonio, pese a que él se dispone a viajar a
un mundo extrasolar a varios años luz de distancia, de manera que, al volver él
a la Tierra, Glitza ha fallecido hace mucho tiempo. Pero, quien aguarda a
Vernon en el cosmódromo es una descendiente de Glitza justo igual a ella. Y le
dice a él: "Todo es obra del amor, del más grande y universal de los
sentimientos de la evolución cósmica. Gracias a él pudo la Glitza que usted amó
revolucionar la ciencia de los genes con un solo propósito: cumplirle una
promesa". En El juicio de los dioses, tenemos de nuevo el motivo principal
del uso irresponsable de la tecnociencia. En tal relato, los dioses del Olimpo,
que no son otra cosa que miembros de una expedición alienígena venida a la
Tierra, poseen conocimientos tecnocientíficos sumamente avanzados. Botón de
muestra, Apolo es el experto en energía atómica</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">;</span><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"> Poseidón, en la estación submarina del Caspio</span><span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;">;</span><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"> Demeter, en injertología. Y así por el estilo. En fin,
el quid del relato estriba en las infidencias de Atenea con Prometeo, lo cual
le ha permitido a éste la adquisición de conocimientos tecnocientíficos de
avanzada, gracias a los cuales ha construido un robot bastante sofisticado. A
raíz de esto, Zeus decide enjuiciar a Atenea dada la violación del respectivo
estatuto de seguridad. En suma, la discusión durante el juicio gira en torno a
si se puede o no confiar en los mortales en materia de transferencia de
conocimiento tecnocientífico. Atenea resume la situación como sigue: "¿Es
malo esto? ¿Es malo que un mortal logre aprender nuestra ciencia y se coloque a
nuestra altura intelectual? (…) ¡Yo no creo que eso sea malo! ¡Hemos venido
aquí a enseñar, a hacer progresar esta raza, no a dominarla, a conquistarla
como cualquier vulgar atrida!". A esto, Zeus responde que, si bien no han
venido a conquistar, tampoco deben darles herramientas de conquista a otros.
Del mismo modo, Zeus está preocupado por las consecuencias del cruce racial
entre dioses y terrestres dadas las consecuencias para el desarrollo histórico
de la Tierra. Otro relato sugerente de Antonio Mora Vélez es Yusty, que trata de
un ser extraordinario con apariencia de lémur, dotado con una inteligencia
fuera de serie y que gusta vivir en paz con la naturaleza. La acción
correspondiente transcurre en el lejano futuro, caracterizado por una
civilización dominada por la cibernética. Casi al final del relato, en medio de
un brindis, Yusty les dice lo siguiente a los humanos presentes: "Hoy, no
va a ser una catástrofe sideral ni un accidente en el manejo de la energía,
como en los casos anteriores. El fin de la humanidad vendrá como consecuencia
de la automatización que convierte al hombre en un animal peor que los gigantes
mitológicos que devoraban a sus propios hijos". Esta afirmación de Yusty
dejó pensativos a los circunstantes, quienes no pudieron evitar la recordación
de los años de la dependencia biológica y la reflexión acerca del porvenir de
los modernos chips neuronales, máxime que los humanos del relato, dada la
preponderancia del homo cibernético, son, en realidad, androides, cyborgs. Como
vemos, este cuento trae un motivo principal de palpitante actualidad dado el
entusiasmo desbordante e irreflexivo en relación con la biotecnología y la
nanotecnología. Por supuesto, hay más relatos salidos de la pluma galana de
Antonio Mora Vélez que abordan la problemática inherente a los malos usos de la
tecnociencia y sus consecuencias. Por mencionar unos cuantos más en este
sentido, señalemos Ejercicios fílmicos, Los ejecutores y La duda de un ángel,
junto con otro de sus ensayos: Universidad y formación moral. En todo caso,
duda no cabe en cuanto a que la obra literaria de Antonio Mora Vélez se ha
ocupado de la reflexión acerca de las consecuencias derivadas del uso
irresponsable del enorme poder dado al ser humano por la moderna tecnociencia,
lo cual connota una reflexión-acción que no puede faltar en el mundo hispano
por nada del mundo, sobre todo cuando éste no ha incorporado a lo largo de su
historia la cosmovisión inherente a la ciencia en tanto cultura, esto es, que debe
preocuparnos un mundo hispano que todavía insiste en relacionarse con la
tecnociencia en calidad de colectivos de consumidores, cuestión harto más
cuestionable cuando, en sentido estricto, la tecnología tiene que ver con la
reflexión moral y filosófica en torno a la técnica.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 14.7pt; margin-bottom: 12.0pt; margin-left: .25in; mso-margin-top-alt: auto;">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;">*</span><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; mso-ansi-language: ES;">Profesor Asociado, Universidad Nacional de Colombia Ex
Miembro del Comité de Ética de la Investigación, Universidad Nacional de
Colombia, Sede Medellín.</span><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 14.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 14.7pt; margin-bottom: 12.0pt; mso-margin-top-alt: auto;">
<span lang="ES" style="font-family: "georgia" , serif; font-size: 10.5pt;"> (1)“La
dimensión ética en la obra de Antonio Mora Vélez.” In:<i>Bioética & Debat:
Tribuna abierta del Institut Borja de Bioética</i>, Universitat Ramon Llull. </span><span style="font-family: "georgia" , serif; font-size: 10.5pt;">(Febrero 2016). (Spain).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES">FUENTES:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;">20161221 bioetica
& debat http://www.bioeticadebat.org/modules/news/print.php?storyid=1326
4/4 Fuentes S.S. FRANCISCO. (2015). Laudato Si': "Alabado Seas".
Bogotá: Paulinas. MORA VÉLEZ, Antonio. (2004). Filosofía y democracia. Extraído
el 19 de septiembre de 2015 desde </span><a href="http://www.rodelu.net/mora/mora096.html." target="_blank"><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;">http://www.rodelu.net/mora/mora096.html.</span></a><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;"> MORA VÉLEZ, Antonio. (2006). El mar en la ciencia
ficción. Extraído el 20 de septiembre de 2015 desde </span><a href="http://axxon.com.ar/rev/168/c%C2%AD168ensayo3.htm." target="_blank"><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;">http://axxon.com.ar/rev/168/c168ensayo3.htm.</span></a><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;"> MORA VÉLEZ, Antonio. (2007). El humanismo de la ciencia
ficción. Extraído el 19 de septiembre de 2015 desde </span><a href="http://www.rodelu.net/mora/mora096.html." target="_blank"><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;">http://www.rodelu.net/mora/mora096.html.</span></a><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;"> MORA VÉLEZ, Antonio. (2008). Yusty. Extraído el 22 de
septiembre de 2015 desde </span><a href="http://axxon.com.ar/rev/191/c%C2%AD191cuento5.htm." target="_blank"><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;">http://axxon.com.ar/rev/191/c191cuento5.htm.</span></a><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;"> MORA VÉLEZ, Antonio. (2010). Diez de plata. Extraído el
20 de septiembre de 2015 desde </span><a href="http://www.literareafantastica.com.ar/diez.html." target="_blank"><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;">http://www.literareafantastica.com.ar/diez.html.</span></a><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;"> MORA VÉLEZ, Antonio. (2010). Error de apreciación.
Extraído el 20 de septiembre de 2015 desde </span><a href="http://www.literareafantastica.com.ar/diez.html." target="_blank"><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;">http://www.literareafantastica.com.ar/diez.html.</span></a><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;"> SAPARIN, Víctor et al. (1988). Ciencia ficción. Bogotá:
Cooperativa Editorial Magisterio. Este artículo proviene de bioetica &
debat http://www.bioeticadebat.org La URL para este Artículo es: </span><a href="http://www.bioeticadebat.org/article.php?storyid=1326"><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;">http://www.bioeticadebat.org/article.php?storyid=1326</span></a><span lang="ES" style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 10.0pt; line-height: 107%;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-62784045731752067822016-03-23T09:35:00.001-07:002016-03-23T09:35:06.875-07:00LO QUE FALTA AL PROCESO DE PAZ.
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 16.0pt;">LO QUE FALTA AL PROCESO DE PAZ</span></b></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;">Por Antonio Mora Vélez*</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A diferencia de quienes creen
que la paz se va a lograr con la firma de los acuerdos que se negocian en La
Habana y de quienes creen que es, además, necesario construir un país con verdadera
democracia y justicia social para refrendarla, yo creo que el pacto necesario para
alcanzar la paz política inicial es el de cancelar de una vez por todas la
estrategia de la “combinación de las formas de lucha” para alcanzar o para
mantenerse en el poder.</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Esta estrategia de la combinación de las formas de lucha política, es
bueno aclararlo, no es colombiana ni ha tenido origen en la historia
contemporánea. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Casi se puede afirmar que
ha sido utilizada por muchos partidos y gobiernos del mundo –de todas las
tendencias y matices y en todas las épocas—para tratar de ganar o para defender
el poder. En Colombia –para no ir muy lejos- la pusieron en práctica en el
inmediato pasado<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los liberales y los
conservadores, durante los años aciagos de la violencia partidista. Los
liberales apoyando a las guerrillas liberales después del asesinato de Gaitán,
de una de las cuales surgió Pedro Antonio Marín, alias Tiro Fijo, el fundador
de las FARC. Y los conservadores con su policía “chulavita” y sus llamados
“pájaros” del Valle del Cauca. (1)</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; text-transform: uppercase;">Antecedentes
de esta política. </span></b></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Son muchos los ejemplos en la
historia universal que se pueden contar sobre el tema. En <st1:personname productid="la Edad Media" w:st="on">la Edad Media</st1:personname> eran
frecuentes los asesinatos de los rivales políticos y la búsqueda del
reconocimiento al triunfo así conseguido bien en el papado o en el trono
imperial. Del rey merovingio francés Clodoveo (481-511) por ejemplo, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se dice que mandó matar a todos los príncipes
vecinos que le pudieran disputar el trono –forma armada-, que se convirtió al
cristianismo –forma de lucha ideológica-, y que se hizo reconocer rey por el
Papa –forma de lucha política-. </span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En <st1:personname productid="la Italia" w:st="on">la Italia</st1:personname> del siglo XVI César
Borgia se hizo famoso porque no desdeñó ninguna forma de lucha ilegal para alcanzar
y mantenerse en el poder. “El engaño, el perjurio, la espada o el veneno eran
sus métodos habituales”. De esta época es Maquiavelo, quien lo tomó como modelo
para escribir su célebre libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
Príncipe</i>, en el cual sostiene que el gobernante no debe vacilar en los
medios –formas de lucha—para alcanzar los fines. En esta obra, que es lectura
obligada en las escuelas de formación política de occidente, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se lee: “vencer por la fuerza o por el fraude,
hacerse amar o temer de los habitantes, (hacerse) respetar y obedecer por los
soldados, matar a los que puedan perjudicarlo, reemplazar con nuevas las leyes
antiguas, ser severo y amable, magnánimo y liberal, disolver las milicias
infieles, crear nuevas, conservar la amistad de reyes y príncipes de modo que
lo favorezcan de buen grado o lo ataquen con recelos…”<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>conductas que Maquiavelo señala como propias
del gobernante de su época (2). </span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Unos siglos más tarde, el
partido fascista de Mussolini combinaba la demagogia republicana y populista
con la represión violenta contra los partidos y sindicatos de izquierda. Al
tiempo que adelantaba una actividad legal en las instituciones
democrático-burguesas, armaba<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>grupos de
sus militantes para que cometieran asesinatos en contra de sus opositores
revolucionarios y de quienes suponía los apoyaban. Una vez obtuvo el apoyo
popular con planteamientos tales como la participación de los sindicatos en los
beneficios de la empresa, las libertades de opinión, de asociación y de prensa,
el respeto a la independencia de los demás pueblos y la organización cooperativa
de la producción, no vaciló en renunciar a todos esos propósitos y adoptar los
contrarios con tal de calmar a la burguesía y a los terratenientes, quienes se
encontraban asustados por la inminencia de la revolución socialista. Una vez en
el poder disolvió los sindicatos, las cooperativas, los partidos de izquierda,
invadió otros pueblos e instauró una dictadora totalitaria que no permitía otra
expresión diferente a la del Duce. </span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Esos tres ejemplos nos sirven
para afirmar que la combinación de las formas de lucha es una estrategia
política usada hace muchos años por la nobleza feudal francesa del siglo VI y
la burguesía italiana de los siglos XVI y XX con la misma finalidad de resolver
sus conflictos en torno al poder. (3)</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; text-transform: uppercase;">La
formulación de Lenin</span></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;">.</span></b></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Vladimir Ilich Lenin, líder de la revolución socialista en Rusia,
formuló una conocida teoría sobre las formas de lucha. Para él tales formas
eran parte de la estrategia del partido bolchevique para alcanzar el poder.
Dijo el estratega revolucionario ruso que el partido debía utilizar todas las
formas de lucha de masas en consonancia con el momento histórico, según la
coyuntura política, y que debía estar preparado para pasar de las formas de
lucha legales a las ilegales, esto es, de la legalidad a la clandestinidad,
cuando la situación política lo determine. No supuso que se pudieran combinar
simultáneamente las formas de lucha legales con las ilegales, que un partido
pudiera estar en la legalidad y en la clandestinidad al mismo tiempo. (4)</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los comunistas colombianos, en
su XV Congreso partidario, dijeron con la voz de su entonces Secretario
General, Gilberto Vieira que “la lucha armada ha surgido en Colombia como
respuesta a la política de sangre y fuego institucionalizada contra el pueblo
oficialmente desde 1949. La combinación de las diversas formas de lucha la
adoptaron las grandes masas populares para enfrentarse a la violencia
oligárquica. Nuestro partido sintetizó teóricamente esta experiencia en
relación con las peculiaridades de la situación nacional” (5). Y convirtió tal
síntesis teórica en un “aporte del partido comunista colombiano al marxismo-leninismo
y al movimiento comunista internacional” según expresó el citado dirigente en
uno de los congresos realizados en Moscú por esos años. Por tales razones, no
obstante la situación creada por el ataque del Ejército Nacional a Marquetalia
en 1964 –que marca el inicio de la actual etapa del movimiento guerrillero en
Colombia- decidieron continuar en la lucha legal participando en los procesos
electorales y haciendo presencia en el sindicalismo y demás movimientos de
masas. Esto es, a combinar en el mismo tiempo histórico, las formas legales y
armadas de lucha, justificando el derecho de los campesinos de Marquetalia (casi
todos militantes comunistas) a convertirse en guerrilleros con el argumento de
defender sus vidas pero sin asumir la autoría del proceso como partido para
evitar ser ilegalizados. Con el paso de los años y de la lucha, se produciría
un distanciamiento entre el PCC y las FARC y éstas se verían obligadas a crear
un partido comunista clandestino, el llamado PC3. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;">LA OTRA COMBINACIÓN DE LAS
FORMAS DE LUCHA.</span></b></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Frente a la escalada
guerrillera y las varias derrotas militares de los años 90, lo que hacía
presagiar la pérdida del poder, los sectores de extrema derecha de las clases
dominantes y sus partidos decidieron hacer lo mismo que hizo Mussolini en
Italia e hicieron los conservadores con su policía “chulavita” o con “los
pájaros” en nuestro pasado; y crearon cuerpos armados con la misión de
exterminar a los izquierdistas, a los sindicalistas rebeldes, y a todos los que
siguieran parecidas posiciones subversivas en contra del gobierno y del sistema.
Surgen las llamadas AUC y el paramilitarismo en general. Es borrado del mapa un
partido político, la UP, con influencia comunista, al que le asesinan miles de
sus militantes. La clase política es permeada por esta insurgencia armada de
extrema-derecha y el narcotráfico termina por permearlas a ambas. Y los
partidos tradicionales continúan haciendo elecciones pero en un medio cada vez
más contaminado de corrupción, con una guerra que parecía no tener fin. Y el
mundo se estremece con los informes que dan cuenta de la mayor represión
sangrienta y el mayor desplazamiento de sus tierras a que ha sido sometido un
pueblo en aparentes tiempos de normalidad política y de democracia. </span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;">EL GRAN LUNAR DE LAS
DEMOCRACIAS.</span></b></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></b></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Esa estrategia de combinar la
democracia y la represión criminal se origina en una razón de Estado que
justifica todos los procedimientos, legales y no legales, para defender el
poder. Norberto Bobbio la ha explicado magistral y certeramente: </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">“todo poder –bajo cualquier forma, dice—es
instrumento de opresión, de coacción, de dominio ciego y arbitrario (y) es, por
definición, obtuso (enemigo de la inteligencia), inhumano (enemigo de la
liberación del hombre), y despótico (enemigo de la libertad)” </span></b><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">(6). Esa razón de
estado en la que creen casi todos los dirigentes del mundo de todas las ideologías,
justifica la razón política de apelar a la persecución, al crimen y al fraude
cuando la democracia falla o no es suficiente, con tal de ganar o de mantener
el poder. Y es el gran lunar de las democracias de todos los colores y tamaños,
incluidas las llamadas “democracias populares” en las que –cuando de defender
el poder se trataba- entraba en acción la “dictadura del proletariado”. Y
explica la</span><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"> doble moral de quienes,
como por ejemplo la burguesía venezolana, les exigieron a los revolucionarios
dejar las armas y competir en el terreno electoral, cuando <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>intentaron tomarse el poder por ese medio,
pero le organizan hoy golpes de estado, actos terroristas, asonadas, desabastecimiento
de mercancías, con el fin de derrocarlos como hicieron sus congéneres con
Allende. Y la conducta de quienes en Colombia decidieron que la Unión
Patriótica no podía prosperar como movimiento político que surgía de una
guerrilla que había decidido abandonar la lucha armada para incorporarse al
debate democrático. Y optaron por eliminarla, con lo cual eliminaron de un tajo
la posibilidad de un acuerdo de paz que nos hubiera evitado treinta años de
guerra sangrienta. Y el aprovechamiento de esos 30 años en programas de desarrollo
social en un país que carga la mala fama de tener una de las desigualdades
sociales más grandes del planeta. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;">EL GRAN INTERROGANTE.</span></b></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Después de lo anterior dicho,
cabe preguntarnos: ¿puede estar seguro el país de que no se va a repetir con
los líderes actuales de las FARC incorporados al debate político lo mismo que le
ocurrió a los gaitanistas después del asesinato del caudillo liberal el 9 de
abril de 1949, o a los comunistas durante las dictaduras de Ospina, Gómez y
Rojas, o a los miles de militantes de la Unión Patriótica? ¿Que se va a
respetar, como lo han hecho las burguesías y las fuerzas militares
salvadoreñas, ecuatorianas, bolivianas, argentinas, uruguayas y brasileñas, un hipotético
gobierno de izquierda? ¿O tan siquiera, senadores, representantes, diputados,
concejales, gobernadores y alcaldes elegidos por esa vertiente política? De esta
garantía y de que la firma del acuerdo de paz en La Habana concluya con
reformas al Estado que hagan posible la convivencia democrática, depende la paz
política en nuestro país. Si los llamados “enemigos agazapados de la paz” de
que hablara el maestro Otto Morales Benítez insisten en su práctica criminal en
contra de los dirigentes sindicales, populares y de izquierda, y se imponen a
las corrientes pacifistas y reformistas que se mueven dentro del poder, la paz
no va a ser posible por mucho que se firme el acuerdo de La Habana. </span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;">LA GRAN DECISIÓN.</span></b></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por todo lo anterior estimo
que el gran tema garante de un sostenible acuerdo de paz es la decisión de no
volver a utilizar las armas en la lucha política. Si la soberanía reside en el
pueblo según nuestra Constitución y estamos en una democracia, es el pueblo con
su voto y no las armas, los que deben decidir el futuro del país. Lo cual
significa en nuestro caso que deben desaparecer todos los grupos armados al
margen de la ley, y no solo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los
guerrilleros de las FARC sino los integrantes de las diferentes bandas
criminales que aún delinquen en Colombia con la complicidad de algunas
instituciones del Estado y de algunos políticos. Y reservar a las FFAA y de
Policía el uso exclusivo de las armas pero para la defensa de la soberanía y
para preservar el orden público. Y acompañar esa medida con la creación de una
democracia más participativa y de un sistema electoral moderno que excluya la
influencia degradante de los poderes económicos y de la corrupción. Con un régimen
político que le dé plenas garantías a todos los partidos y movimientos, que
respete el derecho a la protesta y a la manifestación pública pacíficas de
todos los colombianos, que le devuelva al pueblo la gratuidad de los servicios
de salud que le arrebató la Ley 100. Con una justicia libre de la influencia
tendenciosa de politiqueros, gobernantes corruptos y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>empresarios electorales. Y un Congreso sin
tacha, con congresistas sin prontuario, para que la democracia liberal y la división
tripartita del Poder sean una realidad y no la farsa que soportamos los
colombianos. </span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>*Abogado, escritor y profesor
de filosofía política. </span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Obras consultadas:</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-list: Ignore;">(1)<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;">Nueva Historia de Colombia, Editorial Planeta.
</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-list: Ignore;">(2)<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;">El Príncipe de Nicolás Maquiavelo,</span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-list: Ignore;">(3)<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;">Historia Universal de Jacques Pirenne. </span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-list: Ignore;">(4)<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;">La enfermedad infantil del izquierdismo en el
comunismo de Vladimir I. Lenin, </span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-list: Ignore;">(5)<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;">Combinación de todas las formas de lucha, Entrevista
a Gilberto Vieira por Martha Harnecker. Ediciones Suramérica. </span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt 36pt; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;"><span style="mso-list: Ignore;">(6)<span style="font: 7.0pt "Times New Roman";"> </span></span></span><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;">La duda y la elección de Norberto Bobbio.
Editorial Paidós. </span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14.0pt;">Marzo de 2016.</span></div>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike>Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-45555987571760667022015-10-28T06:18:00.005-07:002015-10-28T06:22:12.519-07:00<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">“EN LA ORILLA DEL MAR”</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por ANTONIO MORA VÉLEZ</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En el trabajo mío titulado “Su Majestad el Porro”, publicado en el boletín web Cronopios de Colombia, en la revista web La casa de Asterión y en la revista del Festival Nacional de Bandas de Sincelejo (2006) me referí a la confusión existente en torno a la canción “En la orilla del mar”, que José Barros reclamó como suya y que algunos investigadores musicales y la mayor parte de las casas que lo han prensado se la han asignado a un cubano de nombre José Berroa. En respuesta a las inquietudes planteadas por mí en ese artículo, doña Ofelia Pérez de Medellín me dijo que ese era un tema finiquitado por Álvaro Ruiz Hernández, investigador barranquillero, y por los autores de libros sobre el bolero como el mejicano Pablo Dueñas, el colombiano Hernán Restrepo Duque y el cubano Cristóbal Díaz Ayala. Todos le atribuyen a José Berroa la autoría del bolero “En la orilla del mar”. Como quien dice: Magister dixit, lo dijeron los maestros y no hay nada más que hablar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero sucede que todos ellos escriben del tema como si se tratara de un solo bolero en disputa y de allí mi duda sobre la contundencia de los argumentos que descalifican a nuestro compositor banqueño y le asignan la autoría al cubano. He llegado a la conclusión de que los historiadores señalados arriba no se tomaron el trabajo de averiguar por las diferentes grabaciones del bolero y escucharlas. Porque ocurre que no hay un bolero “En (o A) la orilla del mar” sino dos, totalmente distintos, y ambos atribuidos a Berroa. El grabado por Bienvenido Granda con la Sonora Matancera, con el título En la orilla del mar, y que Nelson Pinedo, según Ofelia Pérez, asegura es de Berroa porque vio a este autor en los estudios de grabación en La Habana el día en que se grabó (15 de julio de 1951) y que a la letra dice:</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
“Luna, ruégale que vuelva y dile que la espero, muy solo y muy triste, a la orilla del mar. Luna, tu que la conoces y sabes que en las noches, muy juntos pasamos a la orilla del mar. Recuerdos muy tristes me quedan al verte en la noche alumbrar. Recuerdo sus labios sensuales y su dulce mirar, mi gran amor. Luna, ruégale que vuelva y dile que la quiero, que solo la espero en la orilla del mar”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y otro titulado A la orilla del mar, grabado por Olga Rivero y que también se le atribuye a José Berroa, y que debió haber sido grabado antes de 1950 porque la historia de la Rivero registra que se mudó para Méjico a finales de la década del 40. Y que tiene otra música y otra letra que les transcribo a continuación:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
“Aquí, a la orilla del mar, donde cantan las olas, hoy te vuelvo a besar. Aquí, a la orilla del mar escuché tus palabras que no puedo olvidar. Te quiero, me dijiste muy quedo, tus besos, olvidarlos no puedo. Aquí a la orilla del mar, donde cantan las olas hoy te vuelvo a besar.”(1)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sobre el testimonio de Nelson Pinedo que le sirvió a doña Ofelia para dictar sentencia en favor del cubano Berroa, traigo a colación una comunicación de José Portacio Fontalvo autor de los libros "La música cubana en Colombia y la música colombiana en Cuba" y "Ochenta años de la Sonora Matancera" quien me escribió: “Acabo de leer su especial para el Dominical "En la orilla del mar" .Al respecto me permito manifestarle lo siguiente en lo referente a Ofelia Peláez y el tema del bolero de José Barros disputado a José Berroa de Cuba. Yo conocí el bolero en 1951, año de su grabación y me permití corregirle amablemente a Ofelia Peláez el lapsus de Nelson Pinedo quien afirmó que él junto con José Berroa asistió a la grabación del mencionado tema. Y yo me pregunto: ¿Cómo pudo ser eso posible si Nelson Pinedo en el año 51 ni siquiera había pensado en viajar a Cuba? Escasamente había hecho una primera grabación en Venezuela después de ese año y a principio del 53 se lanzó en sello Vergara un 78RPM que en una cara contenía "Qué es la cosa?" y al respaldo "Cumbia del Caribe" en donde lo acompaña la orquesta de don Américo y sus Caribes, grabación realizada en Bogotá. Después de muchos avatares viaja invitado a La Habana pero esto sucede más o menos a mediados de 1953 y grabará en ese año "El ermitaño", "Momposina", etc. Y dese cuenta, es en 1953. Entonces cómo pudo estar él presente acompañado del presunto autor José Berroa para ver a Bienvenido Granda con la Sonora Matancera grabando en 1951 el mencionado bolero?” (2)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aparte de lo anterior, investigué por el señor José Berroa y no aparecen sino dos canciones de trascendencia grabadas por él, y en Cuba no se destacó como un gran músico. Es casi un desconocido. De él solo se sabe que nació el año 1925 en La Habana y que fue cantante del conjunto Los hijos de la Sonora en 1954. Los diccionarios musicales de Helio Orovio y de Radamés Giró (3) ni siquiera lo mencionan y se hizo famoso cuando ocurrió que por equivocación le atribuyeron el bolero En la orilla del mar grabado por Bienvenido Granda con la Sonora Matancera. Un bolero, no sobra decirlo, al cual, en su primera grabación ocurrida el 15 de julio de 1951, la casa disquera cubana Seeco le atribuyó la autoría a nuestro compositor José Barros. (4) Y por cuya razón le pagó derechos de autor por un tiempo. Pero que inexplicablemente en las posteriores grabaciones pusieron a José Berroa a figurar como autor.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero si José Berroa, antes del éxito del bolero grabado por Bienvenido Granda, era casi un desconocido como compositor en su país, otra trayectoria bien diferente es la que muestra nuestro compositor José Barros Palomino, quien desde los años 40s, graba sus canciones con orquestas y cantantes de renombre y cuya lista sería muy extensa y además conocida, razón por la cual no repito en este recinto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Así las cosas. Si José Berroa es el autor de En la orilla del mar y es también el autor de otro bolero con el título de A la orilla del mar, como dicen las disqueras que han prensado ambas grabaciones y como lo paso a demostrar con los CDs en mi poder en donde aparece su nombre. Pregunto: ¿tiene lógica que un autor al cual no se le conocen más de dos o tres composiciones le haya puesto a dos boleros suyos distintos, casi el mismo título? ¿No da pie ese equívoco –además del parecido de los nombres y apellidos-- para pensar que al cubano José Berroa le asignaron por confusión la autoría del bolero que reclama nuestro maestro José Barros, por el antecedente del bolero grabado por Olga Rivero unos años antes que posiblemente generó la confusión? ¿No será que Berroa es el autor del primero, A la orilla del mar, el grabado por Olga Rivero, que tiene una estructura melódica y letra de los boleros añejos de los años 40. ¿Y que José Barros es el autor del grabado por Bienvenido Granda en 1951, varios años después? Yo lo creo así. Y así lo han creído muchas personas.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Entre ellas estas que dialogaron en un blog de Internet: </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Jairo Fernando Diaz dijo: Siempre ha habido una gran confusión, con el nombre de José Barros [Jose Benito Barros Palomino] nacido en El Banco Magdalena Colombia y el de otro compositor caribeño, el cubano José Berroa. Cabe anotar, que los dos son autores de dos boleros distintos pero con el mismo nombre. A LA ORILLA DEL MAR.</div>
<div style="text-align: justify;">
Estimado señor Jairo Fernando Diaz bienvenido a nuestro blog y gracias por su amable participación en el mismo. Nos complace que se nos ratifique que el maestro José Barros (José Benito Barros Palomino) nació en Magdalena, Colombia, y no en Puerto Rico, como equivocadamente lo habíamos asentado en este segmento. Igualmente compartimos con usted el que a este gran compositor se le confunda con el de origen cubano de nombre José Berroa, pero ello se debe precisamente a que compusieron una canción de igual título, “A la orilla del mar”, tal y como usted tan acertadamente lo señala. Gracias nuevamente y reciba nuestras palabras de salutación con la mayor consideración y estima. Atentamente: Oswaldo Páez (5)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero he aquí, para finalizar, otra perla que le nace al lío. Supe, pero no tengo los documentos, que José Barros demandó en México la autoría de su bolero y que ganó el pleito, con lo cual José Berroa salió del litigio en torno al bolero grabado por Granda. Pero no sé en que terminó esa demanda, parece como si el bolero hubiera quedado huérfano de dueño después de que Berroa, que estaba en Méjico para esa fecha, aceptó que ese no era su bolero sino el anterior titulado A la orilla del mar y grabado por Olga Rivero. Y lo digo porque, para sorpresa mía, en un último CD titulado Los señores del Bolero, aparece el mejicano Manuel Esperón como autor de En la orilla del mar de José Barros, el bolero grabado por Bienvenido Granda. (6) Quisicosas de las casas de grabación, especialistas en cambiar autorías de canciones caprichosamente.</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
(1) Álbum Los años maravillosos del bolero cubano, disco 1.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
(2) Carta dirigía al autor de estas líneas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
(3) Obras citadas, Ediciones de 1991 y 2007.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
(4) Disco en acetato de 78 RPM.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
(5) Internet, Blog del autor citado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
(6) Álbum Los señores del Bolero, disco Uno. 2012.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Montería, abril de 2015</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Nota: Para mayor información consultar en Internet este link:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://acme-cali.jimdo.com/melomania/cronicas/en-la-orilla-del-mar/">http://acme-cali.jimdo.com/melomania/cronicas/en-la-orilla-del-mar/</a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-62029454268775091002015-05-17T09:01:00.001-07:002015-05-17T09:02:12.113-07:00
<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 20pt;">EL ESCRITOR Y LA JINETERA<o:p></o:p></span></b></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 16pt;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 16pt;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ese día anterior al del retorno a su país, y
luego de hacer las maletas, el veterano escritor se acostó en la cama,
sintonizó la radio Reloj y se dedicó a repasar las experiencias de cinco días
de reuniones con colegas de la Isla y de otros países hablando de literatura,
recordando sus palabras en el panel en el que participó en el Centro Cultural
Guillén y sus caminatas por las calles de La Habana, tratando de
identificar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>las que fueron descritas por
Cabrera Infante en su novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Habana
para un infante difunto…</i><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Minutos
después cambió de emisora para escuchar música, mirando el techo del segundo
piso de la vieja pero cómoda mansión del barrio El Vedado de La Habana en la
que se encontraba hospedado y que sus dueños –una economista de nombre Marcela
y su esposo, un chef especialista en postres y tortas- habían convertido en
casa-hotel para turistas pero sin servicio de alimentación. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Hacia las doce del meridiano el escritor
pensó<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en su almuerzo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Decidió entonces salir a buscar un
restaurante y de paso respirar el aire marino de las calles habaneras y le
pidió a Fernando, un pensionado ex conductor de “guagua”, dueño de un coche
negro con muchos años de viaje y quien vivía en un piso vecino, el favor de que
lo llevara al <i style="mso-bidi-font-style: normal;">paladar</i> de la avenida G
que le había recomendado Marcela y que estaba<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>en el amplio garaje de una de las mansiones de El Vedado que aún
conserva la imponencia, la belleza y la sana armazón de sus mejores épocas. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Fernando, quien ya lo había llevado a bajo
costo a varios sitios turísticos de la ciudad, le dijo<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que esperara un rato mientras le ajustaba una
bujía al motor de su viejo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Oldsmobile</i>
58.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Creo que queda en una esquina de la Avenida
de Los Presidentes pero no recuerdo cuál- le dijo al salir y el conductor dobló
por la siguiente calle para regresar por la vía arteria denominada Línea y
continuar hacia el amplio y hermoso bulevar que termina en el Malecón, frente
al mar, a pocos metros de ese edificio en forma de templo evangélico en donde
están las oficinas de la Casa de las Américas.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Lo que sí sé es que está a<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pocas cuadras del Centro Guillén-agregó el
sexagenario escritor.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Fernando siguió sus instrucciones y cruzó la
Avenida de Los presidentes, también llamada G, dobló hacia la calle 11 y
comenzó a buscar la esquina en donde el escritor creía quedaba el citado
paladar. Pasaron por los cruces de G con 13, con 15, con 17, con 19
(curiosamente las calles se numeran evitando los números pares) y no
encontraron el mentado restaurante privado que su hospedera le dijo era de
propiedad de uno de los accionistas de una compañía de turismo española.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-<span style="color: black; mso-themecolor: text1;">Oye chico, no sigamos dando vueltas y vámonos a una Paladar, muy barata
y buenísima</span>- dijo el conductor luego de la infructuosa búsqueda. Dobló
entonces por la calle 19 y siguió derecho hacia la zona comercial y hotelera de
la ciudad pasando por las esquinas de las calles G hasta la M. Durante el
recorrido pudo nuestro escritor contemplar la variada arquitectura habanera y
constatar que el tiempo parecía haberse detenido en muchas de esas calles, que
sus mansiones y palacetes se veían como partes de un museo en vivo que guardaba
los recuerdos de la señorial Habana de los años cincuenta. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Una vez llegaron al lugar pensado para el
almuerzo por Fernando, éste aparcó su “cacharrito” en una amplia bahía de arena
y condujo al escritor a la casa de una mujer que ofrecía alimentación a
turistas del tercer mundo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A esa hora del día, Línea tenía pocos
vehículos en circulación y casi ningún transeúnte. La Habana era una ciudad
solitaria y nuestro personaje dedujo entonces que la causa era que todo el
mundo almorzaba en su lugar de trabajo. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Al llegar al paladar situado en la parte
trasera de una vetusta casona que había perdido parte de la cancela de la
entrada, entraron por un corto y angosto corredor cercado con arbustos y
encontraron, en lo que parecía ser la antesala de la residencia familiar, a un
par de mulatas jóvenes que departían alegremente y escuchaban música por la
radio.<span style="color: black; mso-themecolor: text1;"> <o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="color: black; mso-themecolor: text1;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span></span><span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ya en la
antesala, que más bien era un amplio corredor cubierto con el alar del techo,
Fernando entró en materia con la dueña.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-<span style="color: black; mso-themecolor: text1;">T</span></span><span lang="ES" style="color: black; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO; mso-fareast-theme-font: minor-fareast; mso-themecolor: text1;">ía: Aquí le traigo a un socio colombiano para que
me lo atienda bien… <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="color: black; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO; mso-fareast-theme-font: minor-fareast; mso-themecolor: text1;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Recomendado por usted, Fernán, delo por
seguro -le contestó la mujer morena, cincuentona, bajita, gordita y con pocos
encantos. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="color: black; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO; mso-fareast-theme-font: minor-fareast; mso-themecolor: text1;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Enseguida se dieron un abrazo e intercambiaron unas cuantas palabras sobre
sus rutinas de familia y de trabajo, dando a entender que entre ambos había más
de una razón para sentirse solidarios en sus afanes de todos los días.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Antes de despedirse de su amiga, Fernando
le indicó a nuestro personaje la forma de regresar a pie a la casa-hotel de
Marcela y se marchó con dirección a su automóvil. La dueña del paladar, de
nombre Odalys, lo vio partir y luego invitó al escritor a que entrara en la
salita que tenía destinada para el negocio y en la cual había, además de las
dos mesas con sus sillas, un abanico de pedestal que sonaba como una matraca y
una ventana por donde entraban la claridad del día y la brisa del mar.</span><span lang="ES" style="mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Hoy tenemos solamente arroz con frijolito
negro, pollo deshuesado, boniato, ensalada de tomate verde y cebolla y
chicharritas- le dijo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y qué son las
chicharritas, preguntó Guillermo. Unas tajaditas redondas de banano verde… ¿Y
qué es el boniato? Un tubérculo como la malanga pero dulce y más pequeño. ¿Y
cuánto vale todo eso? Cinco cucs.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Está bien, sírvame cuanto antes por favor
que ya se me pasó la hora del almuerzo –dijo Guillermo (era la una en punto) y
recordó que en el Paladar del español la cena de arroz blanco con pescado, papa
al vapor, ensalada verde, dulce y jugo de guayaba, le había costado diez
cucs.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Se dispuso entonces a leer lo que alcanzara
de la antología de cuentos titulada <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hijos
de Korad</i>, que había comprado en la Feria del Libro. Y comenzó por el cuento
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Detector de intrusos</i> de Yoss en el
que dos personajes, Karlo y Karla, se van a la cama apenas conociéndose,
impulsados por la idea de haber sido amantes en otro de los mundos paralelos
que existen en el multiverso. Pero no alcanzó a leer mucho<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>porque a cada rato las mulatas de la entrada
le llamaban la atención con sus risas y sus caminatas de exhibición,
contoneando las caderas con sandunguería, y también porque más rápido de lo que
pensó, apenas el tiempo necesario para calentar la comida,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Odalys fue sirviendo uno a uno cinco platos:
el primero con el arroz<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y los populares
frijolitos negros, el segundo con el pollo deshuesado, el tercero con cuatro
pedazos de boniato,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el cuarto con la
ensalada y el quinto lleno de chicharritas, en cantidades tales que le hicieron
exclamar: <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-¡Señora, por Dios. Yo no me como todo eso…!
<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Bueno, caballero, eso es lo que se sirve
aquí por los cinco cucs que le dije…ahora que si es mucho, lo que no le quepa
lo deja…no faltará quien se lo coma<span style="color: black; mso-themecolor: text1;">.</span> <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Guillermo puso entonces la antología al lado
derecho de la mesa, recostada a la pared, miró hacia la antesala de la
residencia, vio a las jóvenes mulatas practicando un pase de reguetón y sin
segundas intenciones le pidió a Odalys que invitara a la más espigada a que lo
acompañara a almorzar y le ayudara con todo esa comida servida…<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Odalys sonrió y se dirigió al lugar en el
que las muchachas movían con sabrosura las caderas, como las movía la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sabrosona</i> del célebre son montuno
grabado por Roberto Faz por los años cincuenta. Le transmitió el mensaje a la
señalada por el comensal y ella, como si lo hubiera ensayado varias veces,
caminó hacia el comedor con la elegancia de una modelo en pasarela y se sentó a
la mesa, regalándole una sonrisa que era más que un coqueteo de presentación,
un gesto de gratitud por la invitación.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La chica le pidió a Odalys los platos y los
cubiertos y esperó a que su anfitrión le dijera qué podía compartir de su
comida. Y él le dijo que la mitad de todo y ella, con buenos modales<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tomó de cada uno de los servicios lo que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>creyó necesario, acomodó las porciones en los
platos que había solicitado. Y empezaron a comer.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El pollo guisado en hilachas y adobado
con ají dulce y cebolla picada, estaba delicioso; lo mismo el boniato cocido
-que resultó ser nuestra batata- y también el arroz con frijolitos, y en
especial las crocantes chicharritas, no así la ensalada, a la que le hacían
falta los sabores del limón o del vinagre, un punto de sal y dos vegetales más,
como por ejemplo, el pepino y la lechuga.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Después de haber comido dos o tres porciones
e intercambiado unas cuantas miradas y sonrisas, Guillermo le preguntó en qué
trabajaba y ella le respondió que no trabajaba sino que estudiaba inglés en un
instituto. ..”Usted sabe, por el turismo y la oportunidad de ser guía, bien con
el Estado o por la izquierda”…Luego de que le aclarara que la expresión “por la
izquierda” quería decir, de forma particular, por fuera del Estado, le preguntó
cómo se llamaba y le contestó que Yanieska…</span><span lang="ES" style="color: red; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO; mso-fareast-theme-font: minor-fareast;"><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Un nombre ruso, como muchos que he
escuchado en la Isla…<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¿Señor y usted
cómo se llama y de dónde es?... Me llamo Guillermo y soy de Colombia, más
exactamente de su región caribe… ¿Y en qué plan usted vino a Cuba? Vine como
panelista invitado a la Feria Internacional del Libro...<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><span lang="ES" style="mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La joven de piel morena observó detenidamente
el rostro rosado y con algunas arrugas y el cabello cenizo y ralo del señor
entrado en años que tenía delante de ella y sonrió.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-</span><span lang="ES" style="color: black; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO; mso-fareast-theme-font: minor-fareast; mso-themecolor: text1;">Usted se ve de lejos que es un filtro y un
abuelo muy querido.</span><span lang="ES" style="color: red; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO; mso-fareast-theme-font: minor-fareast;"><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Guillermo no entendió lo que le quiso decir
con la palabra “filtro”<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(luego sabría
que era sinónimo de intelectual) y optó por responderle que era escritor y que
tenía dos nietas muy lindas…</span><span lang="ES" style="mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-¿Y vive con su esposa? Sí, pero ella se
quedó en Colombia...<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Yanieska suspendió la ingesta de un trozo de
boniato que se llevaba a la boca con el tenedor, lo miró con picardía, sonrió y
le dijo, despacio, como si quisiera recalcar cada palabra: <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Pero ahora usted está solito en La Habana,
hablando con una mulata joven también sola y que no tiene nada qué hacer esta
noche… ¿Cómo le cae?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La insinuación no pudo ser más directa y él
la miró y vio en el brillo de sus ojos no la pasión sino la oportunidad de una
noche productiva, tal vez lo suficiente para comprar varias prendas de mujer en
alguna de las “turistiendas” del centro habanero.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Así es la vida, no estaba en mis planes
venir a almorzar a este paladar ni mucho menos conocerte…<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Odalys encendió en ese momento su radio y en
la emisora sonaba el chá-chá-chá <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Rico
vacilón</i> que nuestro personaje bailó tantas veces en su juventud.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Viendo Yanieska que su “filtro” movía el
torso siguiendo el ritmo de la música y que repetía la letra haciendo dúo con
el cantante, le preguntó mientras movía sus hombros con coquetería y sabor. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-¿<span style="color: black; mso-themecolor: text1;">Y ya echaste un pasillito con una cubana?<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span>Aquí no, en Colombia sí, con una
escritora joven de nombre Yanelis que estaba de visita y bailó toda una noche
conmigo en una taberna salsera de Cartagena… O sea que te gusta la gozadera,
sabes bailar y no tienes con quién– le concluyó la joven, sin poder ocultar la
alegría que le produjo el saberlo. Y él le respondió que sí, que le gustaba
bailar y que era un gran aficionado a la música cubana desde los tiempos en que
escuchaba en su pequeño radio de onda corta los programas musicales en vivo de
la Radio Progreso.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Entonces vayamos a bailar esta noche al
Malecón…hay unos sitios con buena música, buena comida y un buen ron,
especiales para “yumas”. (¿Yumas?) Sí chico, así le decimos a los turistas
latinos -le aclaró sonriente.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A estas alturas del relato ya nuestro
escritor y creo que ustedes también, sospechaba que la joven Yanieska era una
de las llamadas jineteras que merodean por los hoteles y paladares de La Habana
en busca de clientes. Y guardó silencio un par de minutos que ocupó en pensar,
mientras avanzaba con la comida, en los sueños de reivindicación de la mujer de
los primeros años de la gesta heroica y en cuentos magistrales como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tiempo de cambio</i> de Manuel Cofiño, que
reflejaban esa nueva visión de la vida.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Se ha quedado usted callado… ¿No le gusta
la idea del baile? Bueno, la verdad sí, pero ocurre que yo no vine solo a Cuba,
vine con un amigo también colombiano que se hospedó en una casa-hotel vecina a
la mía y me gustaría que fuéramos con él, porque solo, para serte franco, no
querría ir. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Yanieska recibió esa respuesta con algo de
desconcierto, bajó la cabeza como avergonzada y le dedicó unos minutos a la
comida, pensando tal vez en lo difícil que resultaba convencer a un viejo
resabiado y en tierra extraña.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Luego se
repuso de su turbación y atacó de nuevo preguntándole si su amigo era joven y
él le respondió que era menor que él, “es un cincuentón” le dijo. ¿Y es
blanquito y delgado así como tú? No. Tiene tu color de piel y es más alto y más
acuerpado que yo. Bueno, dígale entonces que le tengo una mulata de fuego que
lo va a poner a gozar esta noche…que cancele cualquier otro compromiso que
seguro no va ser mejor que éste…<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La joven jinetera lo miró, esta vez con
picardía y le preguntó al tiempo que recogía la última porción de pollo que
quedaba sobre su plato: ¿Usted nunca se ha acostado con una cubana? Para serte
sincero, no. Bien, entonces prepárese porque esta noche es la primera –concluyó
ella. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y entonces la duda se le convirtió en
preocupación porque en sus planes no estaba acostarse con una jinetera; pensaba
en lo ridículo que se vería con su cuerpo envejecido frente a la escultural
belleza de la mulata. Y principalmente por el temor al Sida, la enfermedad que
lo pondría en la ruta del olvido si la mala suerte lo arropaba con su manto. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Yanieska, al notar su desconcierto le dijo
enseguida, para justificar su actitud: Después del baile no nos vamos a sentar
en un escaño del parque como dos noviecitos, a agarrarnos de las manos y a
besarnos; si es así, como decimos en Cuba, no sirvió. Tenemos que ir a algún
sitio a dormir y a hacer el amor siquiera un par de veces…a tu hotel, por
ejemplo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Frente a la contundencia de la
argumentación el escritor guardó silencio un rato y disimuló terminando con el
resto del pollo y del arroz, luego la miró y le dije: esto está delicioso. Ella
volvió a preguntar pero con la mirada, un arqueo de cejas y un fruncimiento de
labios que parecían decirle, como en la vieja guaracha de Daniel Santos: ¿Y qué
mi socio? ¿Y qué mi hermano? lo que lo obligó a buscar una respuesta
convincente.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Lo que pasa es que estoy hospedado en una
casa de familia y no creo que me acepten ese tipo de visitas. ¡Claro que sí<span style="color: black; mso-themecolor: text1;"> mi amigo, ellos son cubanos y saben
que estoy en la lucha! </span>–ripostó ella inmediatamente-, las casas
autorizadas para prestar el servicio de hotel tienen que aceptarle al turista
la visita que él quiera. Si tú me das la dirección yo llego a la hora que me
digas…Pero en este caso es diferente porque yo soy amigo de la dueña y además
tiene un hijo adolescente, y me da pena, mejor vamos a un lugar que tú escojas,
a tu piso por ejemplo -le replicó sin estar convencido de lo que decía. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Odalys, quien había estado escuchando en la
sala, notó la inseguridad del viejo y la debilidad de sus argumentos y se
introdujo en la conversación:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-¡Chica, muéstrale lo que tienes para que el
hombre vea de lo que se pierde si no se decide!<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y la estudiante de inglés, como si siguiera
un libreto, se levantó de su silla, comenzó a mover su cuerpo con la
voluptuosidad de una bailarina de cabaret, a desabrocharse la blusa para que le
viera sus senos bien erectos que eran como dos peras de color miel y a bajarse
el jean hasta la altura del deseo para que le contemplara su espectacular cola
bantú,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>su vientre de gimnasta<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y el abultado lugar del placer que le ofrecía
en ese momento por obra y gracia de la casualidad.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En ese instante desfilaron por su mente las
imágenes de su juventud con todo su caudal de ilusiones políticas y sintió
pesar por ver a una chica con esa belleza y buenos modales, convertida en
jinetera; pero más le dolió constatar que la venta de sexo seguía existiendo en
Cuba a pesar de los cambios, pero que las mujeres que lo hacían tenían otro
nombre gracias a esa manera peculiar del cubano para manejar los eufemismos.
Entonces la contempló de arriba a abajo, como si estuviera frente a la estatua
viva de una orischa implorándole la protección de sus poderes ancestrales y le
dijo: <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Eres preciosa. Tu cuerpo parece haber sido
tallado por algún dios yoruba y tus ojos tienen el embrujo del mar Caribe…
Vaya, caballero, me resultó poeta el señor…-le interrumpió Yanieska. Y soltó
una risotada al tiempo que se arreglaba sus prendas de vestir y se sentaba a la
mesa nuevamente.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Luego de una larga pausa en la conversación,
que aprovecharon para terminar de consumir el agua servida, y él para pensar en
los años juveniles durante los cuales le rindió culto a la utopía, le aclaró:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Pero con todo y eso que te he dicho, que lo
creo una verdad del porte de una catedral, debo repetirte que tengo que
consultar con mi amigo Lalo para ver si podemos hacer el programa de esta noche
con ustedes.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Yanieska lo miró con algo de duda pero
asintió con un gesto. Luego él se levantó de su silla y le pidió a ella que lo
hiciera igual, entonces la abrazó, le estampó un beso sonoro en cada mejilla
que la hermosa acompañante festejó con una risa incompleta; se separó de su
seductor cuerpo, la miró con una mezcla de cariño y de pesadumbre y se dirigió
a la dueña del Paladar:<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Tenga este billete de 20 CUCs. Cinco son
para pagarle el almuerzo, que estuvo abundante y delicioso, y los otros quince
se los da a la joven por haberme acompañado en la mesa.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y diciendo esto se despidió de las dos, más
adelante lo hizo de la otra mulata del corredor, y comenzó a cubrir la
distancia hacia la avenida. La cara de sorpresa de Yanieska frente a la jugosa
propina se le quedó grabada a nuestro escritor en su mente y aún hoy, pasados
varios meses de la anécdota, la reproduce nítida en ese lugar de la memoria en
el que se almacenan las tristezas. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuando ya estaba para alcanzar el pretil, la
jinetera le gritó “¿Asere, qué volá?”. Él se volvió hacia su estampa de mujer
bonita, y supuso la pregunta por el gesto que hizo con las manos y le respondió
que Lalo y él estarían a las 8 de la noche en la esquina del parque Coppelia
frente al Cine Yara y entonces decidían qué hacer y a dónde ir.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Guillermo caminó varios metros por Línea
hasta J, pasó por un viejo y descuidado parque en el que había un busto que
recordaba las glorias de un patricio olvidado de la vieja República<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y luego dobló a la derecha hasta encontrarse
con Calzada, siempre buscando la sombra de los árboles. Por esta calle caminó
varios metros hasta llegar al edificio sin pintar de la casa-hotel, abrió la
verja oxidada que conducía a lo que parecía fue años atrás el garaje de una
limusina, abrió la puerta del segundo piso, subió las escaleras, que tenían
unas barandas negras de hierro torneado, con pasamanos de madera recién
pintada, abrió el pequeño candado de su habitación y se acostó en la cama con
la intención de hacer su aplazada siesta. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Eran las dos de la tarde de ese lunes de
febrero y una vez cayó en la cama, la brisa fresca del mar que se metía por la
ventana lo durmió hasta las cuatro y media. Minutos antes del sueño pensó en
sus años juveniles, en las interminables reuniones del centro Comuneros de la
Juco en el que estudiaba la teoría del socialismo; en los bailes a los que
invitaba a su novia Maruja para tratar de reclutarla para las filas y la
reticencia de ella no obstante que le dio para su lectura el folleto <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lenin y la emancipación de la mujer</i> y
que le insistió que solo en el socialismo la mujer alcanzaba la igualdad frente
al hombre y el pleno respeto a su libertad y a su dignidad. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuando despertó, el hijo de los caseros
había llegado del colegio y miraba en el televisor de su alcoba un programa de
dibujos animados. Se sentó entonces en una mecedora de bambú de la sala con la
intención de continuar leyendo la antología de cuentos. En la pared había una
serigrafía de la célebre foto del rostro del Che Guevara y al lado de la mesa
del televisor una biblioteca casi espectral con un centenar de libros
ennegrecidos por el polvo y el moho a los que casi no se les podía tocar porque
se desmenuzaban. El escritor alcanzó a leer dos o tres cuentos de la antología
que había comprado, siguiendo su vieja costumbre de leer un libro de cuentos
alterando el orden establecido en el índice. Después del primero de Yoss, leyó
el último titulado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El hambre y la bestia</i>
de Elaine Vilar, un cuento fantástico por el género y por su calidad literaria,
que le gustó por el tremendo contraste que propone entre el horror y el odio
provocados por la bestia y la resignación y el conformismo simulado de la
cazadora que se propuso matarla y no pudo… <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Aproximadamente una hora después, cuando
leía el cuento de terror <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Al asecho, de </i>Iris
Rosales, en el que una aparente jinetera habanera era en verdad una mujer araña
que se alimentaba de turistas, llegó Lalo, quien se había hospedado en el piso
de Fernando, y mientras ambos hablaban sobre la experiencia vivida en el
paladar de Línea, y sobre los cuentos leídos, llegaron los dueños de la
residencia.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Justo en ese instante el viejo reloj de
pared marcó las 5 y 45 de la tarde. Lalo y Guillermo se levantaron de sus
mecedoras, se trasladaron al comedor, sitio de las tertulias de todas las
noches, y se sentaron a esperarlos. A los cinco minutos salieron los esposos,
de la habitación del hijo. Marcela, enfundada en su pijama de seda china y con
la misma cara porque no usaba labial ni colorete, y su marido con una camiseta
blanca y una bermuda descolorida. Marcela les dijo -una vez enterada de la
anécdota con la jinetera y de festejarla con picardía-, que mejor no fueran a
la cita porque si los del DTI los veían caminando con ellas por las calles de
La Habana, los llevaban a una estación policial y los hacían pasar un mal rato.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Además, en Cuba hay Sida y no obstante
los esfuerzos de la revolución, no ha sido posible erradicarlo…-agregó
Marcela-. Mejor dejen el plan con las jineteras de ese tamaño y nos quedamos
charlando esta noche sobre los problemas de Cuba y de América Latina y nos
comemos esta torta de ciruelas que hizo Miguel en la repostería donde trabaja y
que les brindamos con mucho cariño. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Lalo miró la torta y a su amigo y le
ratificó con la mirada lo que ya le había dicho al llegar, después de
escucharle la anécdota de la jinetera y la reseña de los cuentos de la
antología que había leído. Le dijo entonces: Guillo, nosotros no sabemos qué
clase de mujeres son esas, si tienen amigos malandros y si éstos las utilizan
para atracar a sus turistas como le pasó a Teo con el travesti que lo abordó en
el bar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>al cual fuimos en un descanso de
la jornada literaria del viernes. ¿Recuerdas todo el lío que se armó con la
policía por ese episodio? ¿Y qué tal que tus mulatas tengan Sida? ¿O que sean
mujeres arañas como la del relato de la escritora cubana que me acabas de contar?
(Esto último lo dijo sonriente)…Yo creo que mejor cenamos la comida que vende
la vecina de la calle J con siete, que es muy buena y barata, nos quedamos a
tertuliar con Marcela y su marido y dejas con las ganas al par de jineteras que
entusiasmaste con la propina de quince cucs que le regalaste a la Yanieska. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Luego de cenar y de comerse la torta de
ciruelas que les brindó Miguel y acompañarla con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tropicola</i> y de hablar largo y tendido sobre la realidad política
del mundo, el escritor le canceló a Marcela los cinco días de hospedaje a razón
de 25 cucs por día, dinero con el cual ella le había dicho arreglaría los otros
dos cuartos del piso para ampliar el negocio.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Al mediodía siguiente partiría en el
“cacharrito” de Fernando hacia el Aeropuerto José Martí.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pero Marcela le había dicho que no se fuera
sin despedirse de ella porque le tenía un regalito que se le había quedado en
su oficina. Y la esperaron un largo rato en la puerta del edificio, y estaban
ya casi para irse cuando apareció Marcela bañada en sudor por la caminata que
tuvo que hacer desde<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>su lugar de
trabajo. Al llegar y ver que Fernando embarcaba en el baúl de su coche las dos
maletas, se acercó al escritor, le deseó un buen viaje y pronto retorno y le
obsequió un libro titulado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">SIDA:
Confesiones a un médico, </i>en el cual su autor: Jorge Pérez Ávila, cuenta los
conflictos humanos de sus pacientes y el trabajo que tuvieron que hacer los
salubristas cubanos con el apoyo del estado para evitar que la enfermedad
alcanzara niveles de pandemia. Luego lo abrazó y le dio un beso en la mejilla y
aprovechó el instante para susurrarle al oído que lamentaba lo que le había
sucedido con la jinetera. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Él sonrió, le agradeció sus atenciones. Y
diciendo esto se embarcó en el automóvil de Fernando, que salió directamente
por Calzada hacia la Avenida de los Presidentes. Al doblar por ésta hacia el
sur y pasar por la calle 7 vieron en la esquina el paladar del español que no
pudieron encontrar el día anterior. “Lo que son las cosas de la vida –dijo-. Si
lo hubiéramos encontrado ayer, no hubiera conocido a Yanieska”. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Varias cuadras adelante en la autopista
hacia el aeropuerto y al pasar cerca de la famosa Plaza de la Revolución, el
escritor le contó a Fernando, con todos sus detalles, su encuentro con la
jinetera…<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>- ¿Estudiante de inglés? –Exclamó Fernando,
sonriente, luego de escucharle con atención su historia-. No chico, ella habla
inglés perfectamente, es una buena muchacha, sana, correcta, hija de familia,
revolucionaria y trabaja por turnos en una de las tiendas del aeropuerto…ahora
tú la vas a ver -le dijo finalmente. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Un par de horas después, dentro del avión y
mientras éste sobrevolaba el tapiz verde de las nuevas provincias de Artemisa y
Mayabeque, nuestro escritor se lamentaría de no haber podido ver a su hermosa
jinetera, por mucho que la buscó en las tiendas de la sala internacional de
espera del Aeropuerto. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Mayo-diciembre de 2014. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><o:p> </o:p></span></div>
Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-79912082296484632862014-04-18T09:01:00.000-07:002014-04-18T09:01:59.745-07:00EL 9 DE ABRIL DE 1948<br />
<h1 style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
</h1>
<h1 style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES"><span style="font-size: large;">Por Antonio Mora Vélez<o:p></o:p></span></span></h1>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">El 9 de abril se celebra en todo el país un
aniversario más del asesinato del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán, y
después de 66 años del infausto acontecimiento todavía las autoridades
judiciales no han encontrado a los autores intelectuales del crimen pero
seguimos pagando sus consecuencias. Tal y como él mismo lo vaticinó:
transcurrirían 50 años de violencia si las oligarquías lo asesinaban. Y han
transcurrido más.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-size: large;">La historia
registra que las guerrillas colombianas surgieron como una respuesta del pueblo
liberal frente al asesinato de Gaitán. Fueron inicialmente guerrillas liberales
que fueron derrotadas por la muerte de varios de sus jefes, el abandono que
sufrieron de las directivas del liberalismo y la conversión al “bandolerismo”
de otros. Uno de tales jefes guerrilleros liberales de nombre</span><span style="mso-spacerun: yes;"><span style="font-size: large;"> </span></span><span style="font-size: large;">Pedro Antonio Marín se desmovilizó pero sin
entregar las armas y fundó el caserío de Marquetalia, en donde vivía dedicado a
la cría de cerdos y gallinas al momento de la célebre toma militar de 1964
promovida por la intolerancia goda y que dio origen al actual movimiento
guerrillero. <o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">La gran verdad de los historiadores es
que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Gaitán no fue asesinado sólo por Roa
Sierra ni por el comunismo internacional, sindicado por el presidente Ospina
Pérez y la prensa conservadora de entonces para desviar la atención. Fue
asesinado –dicen algunos-- por quienes temían un ascenso del pueblo al poder de
la mano suya y del partido liberal del cual se había apoderado con su verbo y
su carisma. Un llamado al crimen hizo un semanario conservador de Montería unos
días antes del magnicidio, argumentan. Y presuntamente por <st1:personname productid="la CIA" w:st="on">la CIA</st1:personname> –sostienen otros--,
interesada en crear las condiciones para que en la conferencia Panamericana que
se realizaba en Bogotá se aprobara la declaración anticomunista que proponía el
delegado de los EEUU y que no contaba con el apoyo mayoritario de los
asistentes antes del magnicidio y que finalmente se aprobó. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-size: large;">Gaitán era un reformista, un liberal de
tendencias socialdemócratas, pero en modo alguno marxista ni simpatizante del
comunismo. Su ideario así lo decía claramente. Él</span><span style="mso-spacerun: yes;"><span style="font-size: large;"> </span></span><span style="font-size: large;">pensaba en repartir mejor la riqueza nacional
para permitirles a los pobres tener su parte y</span><span style="mso-spacerun: yes;"><span style="font-size: large;">
</span></span><span style="font-size: large;">tenerlos en cuenta también a la hora de las grandes decisiones del
Estado. Nunca propuso la abolición de la propiedad privada ni la dictadura de
una clase o de un partido. Abogó por la “restauración moral de </span><st1:personname productid="la Repblica" w:st="on"><span style="font-size: large;">la República</span></st1:personname><span style="font-size: large;">” en contra de
“los mismos con las mismas”, los oligarcas de ambos partidos que empezaban a
manchar la dignidad de Colombia con actos de corrupción y violencia, y llamó a
la unidad del pueblo diciéndole que “el hambre no era liberal ni conservadora”.
Aspiraba a forjar un partido liberal con ideas de transformación social encaminadas
a poner a Colombia a tono con los cambios que se habían producido en el
capitalismo de Europa, los cuales condujeron a varios de sus países a los
niveles de desarrollo y justicia social que hoy tienen. A nada más aspiraba el
caudillo. De haberlo logrado como presidente hubiera reducido la miseria, las
desigualdades, la corrupción, la intolerancia política, y hubiera iniciado el
proceso de construcción de un país con justicia social, más democracia y sin
violencia. Y tal vez hoy no tuviéramos un 80% de colombianos en la pobreza y no
hubiéramos tenido guerrillas, ni parapolítica ni paramilitarismo.<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Hoy, ese partido liberal del cual él se apoderó
para hacer la revolución democrática, es otro; está en poder de las oligarquías
que el tribuno del pueblo combatió y nada se puede esperar de él si queremos
cambiar a Colombia. Y mucho menos de los nuevos partidos surgidos para darle
cabida a las ambiciones de la nueva clase política. Solo el socialismo democrático
salva a Colombia; un gobierno y un sistema que lleve la justicia social a todas
las capas de la población sin tener que recurrir a la supresión de la propiedad
privada; que le devuelva la democracia al pueblo, convirtiéndolo en verdadero definidor
de su destino sin menoscabar el derecho a la oposición legal de las minorías y
que rescate la soberanía económica y política de la Nación, hoy menoscabada por
los gobiernos entreguistas que hemos tenido. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES"><o:p> </o:p></span></div>
Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-52997582639643586342014-02-28T08:24:00.000-08:002014-02-28T08:24:54.597-08:00POEMA EL QUE ES.
<br />
<div class="MsoHeading9" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES"><strong><span style="font-size: large;">EL QUE ES</span></strong></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">Un testigo dijo que el que es </span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">dio la orden de fuego.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">Otro afirmó que los vigilantes</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">del que es eran de propiedad</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">de la tormenta.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">Un periodista escribió</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">que el que es estaba registrado</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">en los libros del águila.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">Un magistrado protestó</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">porque el que es estaba dejando</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">sin luces la heredad.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">Los bufones del aire, en cambio</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">sostuvieron que el que es</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">era la luz y la verdad.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">Tal vez por eso los siervos</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">no vieron al que es desnudo</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">cabalgando.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">Y el que es caminó tan campante</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">durante tres decenios</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES-MX" style="mso-ansi-language: ES-MX;">como Johny
Welker.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES-MX" style="mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES-MX" style="mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">Montería, agosto de 2008.-</span></div>
Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-90168011946053001142014-02-06T06:46:00.004-08:002014-02-06T06:46:59.768-08:00ANTONIO MORA VÉLEZ
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES">Perfil<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES"></span> </div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">Abogado,
docente y directivo universitario, columnista de prensa, poeta, cuentista,
novelista y ensayista. Nació en Barranquilla el 14 de julio de 1942 pero vivió
su niñez en Cartagena y Calamar y su adolescencia en Montería, ciudad a la que
llegó a la temprana edad de 14 años y en la cual reside actualmente. Estudió la
primaria en el Instituto Calamar, la secundaria en los colegios León XIII de
Cartagena, Liceo Montería y nacional José María Córdoba de Montería, donde
terminó su bachillerato y obtuvo el título por concurso de Mejor Bachiller de
Córdoba en 1965. Estudió la carrera de abogado en <st1:personname productid="la Universidad" w:st="on">la Universidad</st1:personname> de
Cartagena y por esos años, fue docente de Filosofía en el Instituto de
Bachillerato de la Universidad Libre. Fue docente de Humanidades, Introducción a
la Filosofía e Historia de la filosofía y directivo académico durante veinte
años en <st1:personname productid="la Universidad" w:st="on">la Universidad</st1:personname>
de Córdoba, donde ocupó los cargos de Decano de la Facultad de Educación,
Secretario General y Jefe del Departamento de Humanidades y las
representaciones ante el Consejo Superior de los profesores y de los decanos; y
funcionario durante quince años de <st1:personname productid="la Corporacin Universitaria" w:st="on"><st1:personname productid="la Corporacin" w:st="on">la Corporación</st1:personname>
Universitaria</st1:personname> del Caribe de Sincelejo, institución de la cual
es uno de sus fundadores y de la cual ha sido presidente de la Junta Directiva,
Vicerrector de Bienestar, Secretario General y actualmente Coordinador del
programa de Derecho en Montería. Ha sido igualmente cofundador de los grupos
literarios: El Túnel –del cual fue su primer presidente--, Arte Sinú y El Bocachico
Letrado; de la Unión Nacional de Escritores, del Parlamento de Escritores del
Caribe Colombiano, del grupo vocal Amadeus y de la Logia Fraternidad de la
Sierra Flor de Sincelejo. Es considerado uno de los precursores y un clásico de
la ciencia-ficción colombiana. El escritor del género que más libros de
ciencia-ficción ha publicado y que más veces ha sido Antologado
internacionalmente.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">Ha
escrito los libros de cuentos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Glitza </i>(1979),
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El juicio de los dioses</i> (1982<i style="mso-bidi-font-style: normal;">), Lorna es una mujer</i> (1986), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Helados cibernéticos</i> (2011) y La gordita
del Tropicana (2012); los poemarios <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
fuego de los dioses</i> (2001<i style="mso-bidi-font-style: normal;">), Los
caminantes del cielo</i> (1999) y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
jinetes del recuerdo</i> (2003); las novelas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los nuevos iniciados</i> (2008) y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">A
la hora de las golondrinas</i> (2011), y los libros de ensayos y artículos: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ciencia-Ficción: el humanismo de hoy</i>
(1996) <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La estrategia de la solidaridad </i>(2006)
y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Córdoba: 30 años de literatura</i>
(1992). Sus cuentos y poemas figuran en varias antologías nacionales y
extranjeras, entre las cuales destacamos: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuentos
de El Túnel</i> (1979), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Antología del
cuento caribeño</i> (2003); <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Antología del
cuento fantástico colombiano</i> (2007), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Primera
antología de la Ciencia Ficción colombiana</i> (2000<i style="mso-bidi-font-style: normal;">), Joyas de la Ciencia Ficción <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(</i>La
Habana, 1989<i style="mso-bidi-font-style: normal;">), </i>en la cual aparece el
lado de Sturgeon, Asimov, Bradbury y Aldiss;<i style="mso-bidi-font-style: normal;">
Dimensión Latino-Antología latinoamericana de Ciencia Ficción</i> (Paris, 2008),
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sensibilidades</i> (Madrid, España, 2002),
Tricentenario (Buenos Aires, Argentina, 2012) <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Segunda antología del cuento corto colombiano </i>(2007) y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Antología del cuento en Córdoba</i> (2007). Han
sido publicados también sus cuentos y poemas, igual que varios de sus ensayos,
en revistas web e impresas de varios países, entre las cuales señalamos: Café
Berlín de Alemania, Rodelú de Suecia, Axxon y Quinta Dimensión de Argentina, Alfa
Eridiani de España, Velero 25 y Ciencia Ficción Perú, de este país vecino; Plural
y La ciencia y el hombre de Méjico, Letralia y Solaris de Venezuela, Escáner
cultural de Chile, Club de Libros de Costa Rica, Bohemia de La Habana, Ave Viajera
de Miami y Guaicán Literario de Cuba. En las revistas colombianas, impresas y
digitales: Café Literario, Teorema, La casa de Asterión, Gato Encerrado, Punto Rojo,
Arco, El Gran Semi de la U. Santiago de Cali, Sésamo, El Túnel, Letras
Nacionales, Cronopios, Cosmocápsula, Mesosaurus, Revista Institucional de Cecar-Sincelejo,
Luna y sol, Iuris de la Facultad de Derecho de Cecar, El Bocachico Letrado, Revista
de la Universidad de Córdoba, y en otras más que sería largo enumerar. Su
biografía y varios poemas suyos han sido incluidos en la Antología Mundial
Poetas del Siglo XXI elaborada en España. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Dos
cuentos suyos son modelos literarios en los textos escolares Español Dinámico
de 9° grado (1992) y Globo Mágico 5 (1985). Son conocidos sus ensayos literarios:
El mar en la ciencia-ficción, Fahrenheit 451: la novela de la libertad, 1984 y
el poder despótico, La entropía y el hombre (sobre un cuento de Isaac Asimov), Ciencia-ficción:
el humanismo de hoy, Daína Chaviano y el humanismo de la CF latinoamericana, que
aparece en la página web de la conocida escritora cubana; Arthur Clarke: la
odisea del hombre y El humanismo de la Ciencia-ficción; el ensayo filosófico La
vida y el universo, y en el campo de la teoría política y la historia de las
ideas: Pensamiento filosófico, político y social de Antonio María Zapata; El
pensamiento de Simón Bolívar en la América de hoy, El socialismo de la
revolución bolivariana y El escritor en la actual coyuntura política. Algunos
de sus cuentos y ensayos han sido traducidos al inglés, al ruso, al hindi, al
alemán, al francés y al italiano.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">De
su obra se han ocupado varios críticos y escritores colombianos: Jaime Mejía
Duque, Isaías Peña, Otto Ricardo Torres, Carlos J. María, Germán Vargas, Fabio
Jurado, Eduardo Pastrana Rodríguez, Joce Daniels, José Luis Hereyra, Javier
Moscarella, Carlos Orlando Pardo, Orlando Mejía, Marco T. Aguilera G., Campo
Ricardo Burgos, René Cueto, Néstor Solera, José Luis Garcés, Guillermo Tedio <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y Oscar Díaz-Ortiz, entre otros; el último de
los cuales, Phd y docente de <st1:personname productid="la Universidad" w:st="on">la
Universidad</st1:personname> de Tennessee (USA) lo hizo en el libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Latin american Science Fiction writers </i>editado
en los Estados Unidos. En carta dirigida al autor de Glitza, el crítico
Díaz-Ortíz le dijo: </span><span class="messagebody2"><span lang="ES" style="font-family: "Tahoma","sans-serif";">“</span><span lang="ES">Este trabajo
sobre su obra de ciencia ficción fue una inquietud que nació durante mis años
de doctorado en Arizona State University hace como 14 años, y cuando surgió la
propuesta de hacer un libro, lo propuse a usted como uno de los más importantes
no sólo en Colombia sino en el continente”. </span></span><span lang="ES">Para
Otto Ricardo el poemario <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los caminantes
del cielo es</i> “más que aporte, fundación de la poesía esotérica no
confesional en Colombia”. Sobre el mismo poemario, Orlando Mejía Rivera ha
dicho que en él su autor, al “fusionar con el tema de la cosmología a tres
disciplinas o áreas del conocimiento: la mitología, la ciencia-ficción y la
ciencia…ha renovado la temática de la poesía colombiana”. El poeta, profesor,
crítico y traductor José Luis Hereyra dice de los versos de estos poemas que
“son rigurosos y deslumbrantes”. Para Fabio Jurado, con el libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lorna es una mujer</i>, la ciencia-ficción
de Mora Vélez “por su depuración literaria…alcanza un nivel de competencia
literaria encomiable”. Jaime Mejía Duque, por su parte, afirmó en los comienzos
del trabajo literario del autor y en relación con su primer libro, Glitza, que “Los
relatos de Mora Vélez son tan convincentes dentro del género, que bien pueden a
justo título ser incluidos en el repertorio internacional de la literatura de
ciencia-ficción”. Y no se equivocó. Eduardo Carletti señala en la nota de
publicación en la revista argentina Axxon del poemario <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los caminantes del cielo</i>, veinte años después, lo siguiente: “No es
común que un autor logre unir bien temas tecnológicos con lenguaje poético,
como lo logra Mora Vélez en este trabajo”. El director de la revista Alfa
Eridiani de España, José Joaquín Ramos, lo califica como “un maestro del
género”. Y en LiterÁrea Fantástica también de Argentina, en el espacio
Bio&Biblios, Mora Vélez aparece en la lista de escritores famosos de
ciencia-ficción al lado de Bradbury, Asimov y otros grandes. Para corroborar lo
anterior, figura en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">The Encyclopedia of
Science-fiction</i> de John Clute y Peter Nichols (Nueva York, 1995), la más afamada
enciclopedia sobre la ciencia-ficción que se ha escrito hasta hoy. Por todo lo
anterior, y en especial por sus publicaciones internacionales, el crítico
peruano Carlos Zaldívar, no vacila en afirmar que Mora Vélez es “un verdadero
clásico mundial de la ciencia ficción”. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">Como
columnista ha sido colaborador de las páginas editoriales y en los suplementos
culturales de los periódicos Poder Costeño, El Espectador-Costa, El
Tiempo-Caribe, El Universal de Cartagena, El Meridiano de Córdoba, El Meridiano
de Sucre, El Sol, de Cartagena, El Heraldo de Barranquilla, El Magazín del
Caribe de Bogotá, Vanguardia Liberal de Bucaramanga y el Nuevo Día de Ibagué.
Varios de estos trabajos están recogidos en el libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La estrategia de la solidaridad</i>, mencionado arriba. Mora Vélez fue
también, en su juventud, locutor de radio en las emisoras Radio Cordobesa y La
Voz de Montería de la cual fue su primer director artístico.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y cantante aficionado en Cartagena y en la
Montería de sus primeros años, cualidad que rescató el maestro Tiburcio Romero
al integrarlo al grupo vocal Amadeus en 1986 y que aún exhibe en las tertulias
de sus amigos más allegados.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">Antonio
Mora Vélez ha obtenido varios premios y distinciones por su obra literaria. Su
novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un juez llamado Sebastián Reyes</i>
–obra que recoge su experiencia como juez promiscuo municipal de Tierralta-- fue
finalista en el concurso Plaza y Janés de<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>1991. Su cuento <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Error de
apreciación</i> ganó el primer concurso nacional de minicuentos que se hizo en
Colombia, patrocinado por la revista Ekuóreo de Cali en 1982. Su cuento <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Glitza </i>ganó el premio de marzo del
concurso nacional de El Espectador de 1971, el año anterior El Magazín
Dominical del citado diario lo había lanzado como narrador de ciencia-ficción
publicándole cinco de sus primeros cuentos. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En Córdoba fue declarado como uno de los
personajes del siglo XX por su contribución a la literatura (1999). Fue el
poeta homenajeado en el 2001 del Encuentro de Poetas y Declamadores de Chinú,
Córdoba. La institución <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">The International Writers and Artist
Association </i>con sede en Bluffton, Ohio, USA, le otorgó un pergamino por su
contribución al humanismo desde la literatura. Con motivo de sus primeros 25
años de vida literaria, el Gobierno Departamental de Córdoba lo homenajeó con
un decreto de honores y la Universidad de Córdoba con una placa de
reconocimiento (1993). <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">Ha
sido ponente en varios eventos literarios y académicos, entre los cuales
señalamos los siguientes: </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="mso-fareast-font-family: "MS Mincho";">El cuento de
Ciencia-ficción</span></b><span lang="ES" style="mso-fareast-font-family: "MS Mincho";">,
Coloquio sobre el cuento, Unión Nacional de Escritores, Bogotá, 1.983. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Córdoba: 30 años de literatura</b>, Feria
Internacional del Libro, Bogotá, 1.992. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La
ciencia y la ciencia-ficción</b>, Seminario Internacional sobre ciencia y
literatura, Universidad de Córdoba, Montería, 1.993. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Coloquio sobre la Ciencia-ficción</b> con René Rebetez y Germán
Espinosa, Bogotá, Feria Internacional del Libro, 1.997. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Los intelectuales y el Poder</b>, Primer Parlamento de Escritores del
Caribe Colombiano, Cartagena, 2003. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Honoris
causa a David Sánchez Juliao</b>, Universidad de Córdoba, Montería (2003). <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La Ciencia-ficción y el mar</b>, Foro El
mar en la literatura, Banco de la República, Santa Marta, 2006 y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Pensamiento filosófico y político de
Antonio María Zapata</b>, Parlamento de Escritores del Caribe colombiano,
Cartagena, julio de 2009. Se ha desempeñado como jurado de concursos nacionales
e internacionales de literatura, entre los cuales mencionamos: Concurso de
cuentos de la Universidad de Córdoba (1975) –a cuyos ganadores y finalistas
convocó para conformar el grupo literario El Túnel--, Primer concurso de
cuentos de El Túnel (1980), Concurso de ensayo Lotería de Bolívar (1985), Concurso
de cuentos fantásticos Un país que sueña del IDU de Bogotá (1997), Concurso de
mini ficciones de la Universidad de Córdoba (2009) y Concurso Internacional de
cuentos de ciencia-ficción de la revista Axxon de Buenos Aires (2009).Ha
concedido muchas entrevistas entre las cuales destacamos las concedidas a Campo
R. Burgos para la Revista Quinta Dimensión de Argentina, al crítico
barranquillero Edmundo Ramos para el Suplemento del Diario del Caribe, a Carlos
Morón para la revista Calor, al gestor cultural Jorge Consuegra para su revista
Libros y Letras; a Luis Cermeño y a Camilo Arias para la revista Axxon de
Argentina, a Jaime Montoya Candamil para el libro inédito de Roberto Montes
Mathieu sobre los grupos literarios en Colombia, a Carlos J. Marín y Ana Paola
Martínez, para El Meridiano Cultural. A Ricardo Giorno para la revista
argentina Axxon de Argentina y a Gustavo Consuegra para el blog Gente de Arte
que edita en Helsinki. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">Fue
el primer presidente del Parlamento de Escritores del Caribe Colombiano (2003),
institución de la cual sigue siendo uno de sus más destacados integrantes; es
miembro de la Sala de Fundadores de <st1:personname productid="la Corporacin Universitaria" w:st="on"><st1:personname productid="la Corporacin" w:st="on">la Corporación</st1:personname>
Universitaria</st1:personname> del Caribe, director de su Revista
Institucional-CECAR desde 1997 y de la revista El Bocachico Letrado, órgano de la
tertulia literaria del mismo nombre recientemente organizada y de la cual es su
fundador y coordinador. Es también miembro de la Academia de Historia de
Córdoba.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">Antonio
Mora Vélez es casado con Idalia Ortiz, de cuya unión hay tres hijos: Antonio
Carlos, Oscar Javier y Glitza Beatriz, de los cuales se siente orgulloso porque
son lo que él hubiera querido ser: hombre de ciencia el primero, músico de
academia el segundo y periodista profesional la tercera. A ellos les dedicó el
poema <i style="mso-bidi-font-style: normal;">A mis hijos</i>, que pueden leer en
http://amoravelez.blogspot.com/. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><o:p> </o:p></span></div>
Nota: Este perfil figura en el libro "Once escritores cordobeses" editado por la Gobernación de Córdoba en el 2011.<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><o:p> </o:p></span></div>
Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-85957605781417571432013-12-14T07:53:00.002-08:002013-12-14T07:53:17.000-08:00PLANETA CONDENADO<br /><br /><br /> La cercanía del fuego de tu estrella<br /> no te arredra<br /> Porque tienes el valor de tu substancia<br /> Sabes que terminarás abrasado <br /> Y convertido en espectro de colores vivos<br /> Pero luchas y lanzas al viento fotones<br /> Deslumbrantes que encienden la protesta<br /> Que llevan el mensaje de tu suerte a<br /> Otros planetas<br /> Con la esperanza de que rescaten<br /> Algunas llamaradas de tu angustia<br /> Y escriban la epopeya de tus últimos días<br /> y el epitafio de tu muerte.<br /><br /> Antonio Mora Vélez,<br /> Montería, Colombia, 2013.Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-90570537075860930772013-11-08T18:54:00.005-08:002013-11-08T18:54:47.571-08:00TESIS DE GRADO
<br />
<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;">Por
Antonio Mora Vélez<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La vieja Torre del Reloj conserva aún su
altivez de reliquia consentida. El amplio Camellón de Los Mártires está plenamente
cubierto de polvo añejo que apenas si se levanta con la suave brisa marina que
se filtra por entre las ruinas de los alrededores. Los bustos de los héroes que
murieron durante la gesta de la independencia han perdido la plenitud de sus
formas, esquirlas de tiempo les han corroído<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>las siluetas, convirtiéndolos en masas de apariencia surrealista, mudos
testigos de un pasado inexplicable pero vital. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Desde lo alto de una pequeña colina, un
joven astronauta filma el panorama. La cámara que acciona enfoca la orilla
mediata del mar sobre un par de islas y capta las figuras escuetas de los
viejos edificios, todos cubiertos de verdín y de malezas y sin la belleza
arquitectónica de los tiempos en que los hombres transitaban por sus lados y
entraban a sus locales y aposentos con seguridad. <o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El joven astronauta rota un pequeño botón de
su aparato rastreador del tiempo. Primero observa una calle larga atiborrada de
gentes que se mueven raudas, con ansias y paquetes debajo de los brazos. Luego
la interminable secuencia de los buses que recorren la ciudad de un extremo a
otro. Y por la noche la algarabía de los fanáticos en un estadio de pelota,
celebrando la jugada del infielder que cubre la tercera base.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>O los espectadores en un cinema entregados a
las caricias del amor, confeccionando como artesanos del oro la hermosa
filigrana de la supervivencia.<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pero al joven la interesa más el mar y lo
contempla solo y melancólico, abandonando su orgullo sobre la arenilla de las
costas solitarias.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y lo mira en la pantalla
del pasado, acompañado de sol y de radiantes mujeres al natural, brindándole al
hombre no solo proteínas sino ilusiones. Y lo sigue en su aerogiro, siguiendo
la ruta de las costas hacia el sur, hacia la desembocadura del río lleno de
vida que hizo exclamar al Inca: “Pobrecito del Perú si se descubre el Sinú” y
que ahora lucha por sobrevivir entre las arenas de un desierto en formación. Y
más hacia el sur, hacia la vieja ciudad de sus ancestros y contempla de ella la
famosa avenida primera, de la que solo quedaban pedazos de concreto sumergidos,
apenas visibles en los estratos abiertos por la última creciente del río.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Con la emoción de quien encuentra parte de
su origen, el joven, que ya ha descendido de su aerogiro, digita en la tabla de
su aparato de rastreo del pasado y contempla extasiado un fandango frente a la
vieja bonga de la calle 30 y a María Varilla danzando hasta el cansancio al
compás de un enervante porro pelayero. Y en la terraza de una casa-quinta,
sentados alrededor de una mesa, tomando té helado con limón, a los jóvenes del
grupo literario que hizo historia con sus obras. A Leopoldo, a Gustavo, a Nelson,
a Soad, a José Luis y a su tatarabuelo soñador de mundos diferentes. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Eran los tiempos de la civilización
terrestre en pleno desarrollo. El aire puro de las montañas derramaba generoso
su aliento de vida sobre todos los seres. Todavía la asfixia por la escasez de
oxígeno no había aparecido en el horizonte como la nube negra de presagios
siniestros que sería más tarde. La fragancia de las flores y la caricia de la
brisa vespertina no se habían convertido en nostalgia. La Tierra era vital,
plena y hermosa.<o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El joven investigador recordó entonces la
vez que su abuelo le contó la historia del gran viaje que el creyó, por niño,
un hermoso cuento de aventuras producto de la imaginación senil del narrador.
Le dijo entonces: “Fueron como mil naves con cien hombres cada una escogidos
entre los mejores para impedir que la llama de la vida inteligente se apagara
en esta parte del cosmos. Las naves partieron un primero de mayo del año 2.124.
Dos meses después comenzaron los trabajos en la inhóspita geografía venusina
para tratar de reproducir el ambiente añorado de La Tierra, para convertir
desiertos en bosques y abrirle cauces a las corrientes de agua”. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Hoy, para rescatar ese fragmento de su
historia y lograr ensamblar el recorrido de su raza, desde los primeros
inmigrantes de Tau Ceti que llegaron a La Tierra y se desposaron con las hijas
de los hombres del planeta, hasta la etapa actual de su asentamiento en Marte
recobrado. Y para evitar que el olvido sepulte los rastros del ancestro, el
joven de la cámara toma las vistas de la región. Lo golpea la nostalgia del
terruño, saber que en todos esos lugares desolados, amaron y sufrieron, vivieron
y murieron, sus antepasados.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Habla ahora en voz alta con la intención de
grabar sus palabras en la cámara del tiempo.<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“En La Tierra no todo fue erróneo, absurdo y
maléfico, también hubo naturaleza pródiga, amor y plenitud de ser. Si bien
existieron estadistas que le rindieron culto al fuego de las armas en contra de
la vida, también existieron poetas que le cantaron a las plantas y a la risa,
al mar y al optimismo, al amor y a la solidaridad. Después de contemplar todo
esto, estoy más convencido de la necesidad de revivir ese pasado en nuestras
imágenes para aprender de sus experiencias. La vida no es una novela rosa, está
hecha de rocío y de sudor, de estiércol y de pan, de cicatrices y de sueños.
Los jóvenes antropólogos de Marte debemos fijar nuestros ojos en La Tierra. No
podemos permitirnos el tremendo olvido de la amarga experiencia de La Atlántida
que padecieron los terrícolas durante tanto tiempo. La gran odisea de las mil
naves tiene que ser desmitificada y significar para nosotros algo más que una
aventura de la especie humana en busca de nuevos horizontes”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El joven astronauta guarda el pequeño
micrófono en su faltriquera y deposita la cámara en el estuche integrado de su
vestido espacial.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ahora desciende
lentamente sobre una sabana, frente a un golfo, en la que empieza a reverdecer
la vida. Se posa sobre el césped de las ruinas de un antiguo parque, aspira el
nuevo oxígeno de La Tierra y se queda mirando las nubes rojizas que tachonan el
cielo, pensando en la aprobación de su tesis de grado.<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En Marte –entretanto- viven y festejan el
sesquicentenario de la nueva morada. <o:p></o:p></span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 10pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;">1.982.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></div>
Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-10976445086183643182013-11-03T09:37:00.000-08:002013-11-03T10:33:40.629-08:00LINA ES EL NOMBRE DEL AZAR (cuento)<br />
<h1 style="margin: 0cm 0cm 12pt;">
</h1>
<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 12pt; text-align: center;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Bookman Old Style;"><strong>Por Antonio Mora Vélez.<o:p></o:p></strong></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 12pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Bookman Old Style;">La leyenda de Lina Farah, queridos discípulos, se remonta a los años
finales de la primera centuria del tercer milenio, justamente por los tiempos
en que las llamadas grandes potencias de entonces firmaban el acuerdo de
destrucción total de las armas biológicas y la epidemia del Némesis cobraba más
de doscientos millones de vidas en todo el orbe.<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 12pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Bookman Old Style;">Lina trabajaba como reportera en un diario vespertino de Bogotá y en las
horas de la noche cursaba estudios de física en la Universidad Nacional. Era
joven y hermosa. Una estudiante alegre y amiga de las cosas nuevas. Nada hacía
pensar que se convertiría, poco después, en una celebridad por sus poderes
paranormales. Como es dable suponer, hubo una primera manifestación de tales
poderes de la que casi nadie se percató en su momento, salvo Lina, como es
apenas natural. Ocurrió cuando ella cubría la información de la expedición
Sayonara comandada por el piloto cosmonauta Yoshiro Takeba. Minutos antes de
que sucediera el terrible accidente, Lina dejó escapar un grito desgarrador que
los presentes pensaron era causado por el aspecto terrorífico del robot que
prestaba el servicio de refrigerio en el cosmódromo de Wakkanai. Todos
sonrieron y algunos rieron sin tapujos. Lina no. Ella quedó como paralizada,
con la mirada fija en el cielo nipón. Y no tuvo que esperar mucho en esa
actitud. A los pocos minutos la nave de Takeba se declaraba en emergencia y
casi enseguida se convertía en una larga estela de fuego que se consumía en las
aguas del mar de Ojotsk, ante la mirada atónita de millones de televidentes y
el desespero de los científicos y técnicos de la Dirección Espacial del Sol
Naciente.<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 12pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Bookman Old Style;">Esa fue la primera señal conocida de lo que sería, con el correr del
tiempo, el inusitado poder de Lina. Por esa época la telepatía había alcanzado
grandes progresos y los neurofisiólogos continuaban trabajando con la hipótesis
de la propagación de las ondas síquicas a través del espacio, movidos por la
necesidad de encontrar medios de comunicación para el rescate de personas
atrapadas o incomunicadas por derrumbes causados por los movimientos telúricos.<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 12pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Bookman Old Style;">Lina culminó sus estudios de física y se casó con un joven investigador del
subconsciente, a quien conoció durante las sesiones de sicoanálisis que su
médico le había recomendado para que se acostumbrara a sus espontáneas
revelaciones del pasado que tanto le perturbaban. Fijó su residencia en
Montería, en cuya universidad logró vincularse como profesora. Durante algunos
meses llevó una vida normal, sin los sobresaltos de esos trances que le hacían
devolver en su conciencia las manecillas de la historia. <o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoBodyTextIndent" style="margin: 0cm 0cm 12pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Bookman Old Style;">Un día de campo de diciembre en las
hermosas praderas del Alto Sinú, Lina volvió a experimentar sus facultades de
clarividente. Estaba recostada en un frondoso camajón en compañía de su hija
cuando vio, del mismo modo que a Takeba en llamas, la imagen de una princesa
zenú que corría tras un aborigen esbelto. Y vio también que la princesa se
acostaba después en un espacio abierto sobre una inmensa piedra con forma de
huevo y le hablaba a su acompañante de las titilantes luces del alba, allende
el océano, que a su padre, el viejo cacique de la tribu, le habían parecido
señales de mal agüero. Lina abrió los ojos y miró a su hija. La tomó entre sus
brazos y llamó a su esposo, quien se encontraba cerca. Este le dijo, luego de
escucharle el relato:<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoBodyTextIndent" style="margin: 0cm 0cm 12pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Bookman Old Style;">—Es un sueño. Un simple afloramiento de
historias mezcladas...¡sosiégate!</span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 12pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Bookman Old Style;">Pero Lina sabía que no era así. La escena había ocurrido en ese mismo
lugar, siglos atrás, y ella la había visto en todos sus detalles: el color de
la tierra, el vestido de oro de la princesa, la comba del río a esa altura de
su recorrido y sobre todo, el camajón frondoso de ese momento, que ya lo era en
la época de la visión.<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 12pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Bookman Old Style;">Después de ese trance, Lina viajó más a menudo por los caminos perdidos de
la historia y cambió el modo de parecer a su marido. A instancia de los
investigadores de la protohistoria viajó con su mente prodigiosa por el pasado
remoto y descubrió que el templo de la ciudad de Dweenah, en las estribaciones
meridionales del Himalaya, era una cosmonave petrificada y que los Dzopas, sus
pequeños y casi translúcidos moradores, eran en verdad descendientes del cielo.
Descubrió que las pirámides de Egipto fueron enclaves de una expedición
extragaláctica que visitó la Tierra por los comienzos del neolítico y que los
dogones del Africa no mintieron cuando dijeron a los antropólogos que ellos
venían de Sirio y que ésta era una estrella doble con dos planetas habitados. <o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 12pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Bookman Old Style;">Hubo dudas respecto de la seriedad de las visiones de Lina. No faltaron
quienes dijeran que se trataba de un montaje encaminado a reforzar las tesis de
los partidarios de la historia fantástica. Por esto, los más destacados
parapsicólogos de Ucrania se interesaron por ella. Sobra que les cuente que la
invitaron al célebre centro de investigaciones paranormales de Kiev y que allí
la sometieron a un delicado proceso de escarbamiento mental que tenía el
objetivo de definir la fuente de sus asombrosos poderes síquicos.<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 12pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Bookman Old Style;">Una mañana gélida de invierno, Lina fue sometida a la prueba definitiva con
el S-Gadyvatel-10, máquina compleja de interpretación de los sueños que
sumergía a los pacientes en las insondables aguas del pasado pero de un modo
inducido, al margen de sus facultades. Se trataba de probar que las capacidades
mentales de Lina tenían raíces orgánicas y que no había nada de sobrenatural en
ellas. Lina parecía dormir y todos los científicos del Centro se mantenían en
estado de alerta, pendientes de la pantalla del S-Gadyvatel en la que
aparecerían las escenas del sueño.<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 12pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Bookman Old Style;">El momento anhelado llegó pronto. La pantalla se iluminó y aparecieron en
ella un extraño ser peludo que llegaba a la cima de una montaña con un ciervo a
cuesta y una mujer prehistórica acompañada de dos críos que corrían a
recibirlo. Los pequeños danzan alegremente alrededor del animal muerto dejado
por el cazador encima de una roca. La mujer exclama unos fonemas
incomprensibles, al parecer en alabanza al hombre por la proeza realizada. El
ser peludo mira hacia el cielo y exclama: ¡Atlán! –las demás frases son
intraducibles–. La mujer lo imita y de ese modo se confunden en el rito de la
gratitud. Momentos después se concentran en el animal, lo descuartizan, lo asan
y sacian el hambre.<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 12pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Bookman Old Style;">El S-Gadyvatel hizo una pausa mientras las imágenes se perdían en un
centenar de rayas horizontales. Todos creyeron que allí terminaba la sesión,
pero no fue así.<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 12pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Bookman Old Style;">—Los seres de la montaña atraviesan la pradera de los cactus y llegan al
río que baña sus barbechos. En la pantalla aparece por vez primera el arado y
el amarillo del maíz sembrado. Pero ya no son cuatro sino centenares y no le
rezan a Atlán sino a Quetzalcoátl —dice la voz que explica las imágenes. Los
investigadores de Kiev no se asombraron. Tampoco quedaron convencidos del todo
porque nada de lo mostrado por el aparato era nuevo. Para una mujer culta era
relativamente fácil soñar con esos datos del pasado y agregarle la fantasía
implícita en todo ejercicio onírico.<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoBodyTextIndent" style="margin: 0cm 0cm 18pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Bookman Old Style;">Después
de ese experimento, Lina regresó a Sudamérica y se incorporó como docente en la
Universidad de Córdoba. Aún sin develar el misterio, Lina encontraba, y cada
vez con mayor frecuencia, la explicación de muchos secretos de la antigüedad.
Por su memoria prodigiosa desfilaron los dioses de la mitología sumeria tal y
como fueron presentados por Beroso; las ruinas de Bimini sobre la superficie
costera de la Atlántida; el observatorio astronómico de Stonehenge; las
esculturas de Pascua dedicadas a perpetuar la presencia de los expedicionarios
de Tau Ceti; el tridente dejado accidentalmente por el comandante de la citada
expedición en la bahía de Paracas; los mapas Aero fotográficos de Piri Reiss
que mostraban la Antártida sin hielos, y muchas otras huellas de esa edad
presuntamente primitiva no suficientemente investigada y todavía envuelta en
las brumas de la especulación. <o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 12pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Bookman Old Style;">Una tarde de campo en las cuevas de Palmira, cerca de Tierralta, Lina quiso
contemplar los pictogramas encontrados en ellas por los arqueólogos de la
universidad. Durante mucho tiempo se creyó que estas cuevas ocupadas por
murciélagos tenían como único atractivo las estalactitas de su bóveda oscura.
Por eso Lina se interesó en las paredes de las citadas cuevas...<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 12pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: Bookman Old Style;">—¡Lo tengo! —dijo después de contemplar un centenar de dibujos curiosamente
parecidos a los de los indios Hopi del occidente norteamericano. Su marido,
quien estaba a su lado, pensó que se trataba del desciframiento de los
pictogramas y pensó en Lina informando a la comunidad científica que los mayas
habían llegado hasta Momil en el Sinú y que desde allí se habían dispersado por
toda la geografía suramericana. Pero no. No era eso lo que quería decir Lina,
quien por esta vez no entró en trance alguno. Su certeza provenía, al parecer,
de un simple golpe de lucidez, de una de esas raras percepciones repentinas que
muestran en un instante todo un resultado buscado por años, como si hubiera
estado allí en el cerebro pero separado por piezas. Lina le dijo a su marido,
todavía con el jadeo de la excitación, que su caso tenía una interpretación que
rebasaba los horizontes de las ciencias contemporáneas, y que había llegado a
ella después de analizar las extrañas figuras, una de las cuales semejaba la
estructura de un fósil molecular. Sostuvo entonces que en su cerebro, por la
acción de algún neurotransmisor arcaico, se producía la sintonización del
pasado. Dijo también que sus adenones nerviosos podían haber repetido al azar
toda la arquitectura molecular del sistema cortical de algún científico del
siglo XX, lo cual originaba el efecto de captación de los episodios remotos, a
la manera de un receptor de frecuencia orgánica.<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoBodyTextIndent" style="margin: 0cm 0cm 24pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Bookman Old Style;">Como les
dije al inicio de la clase, Lina Farah vivió a finales del primer siglo del
tercer milenio y es hoy una hermosa leyenda conservada por nuestros archivadores
<i>Omega</i>. Todavía no se descubre la forma de repetir, aminoácido por
aminoácido, el edificio natural del ser vivo; ni tampoco la utilización de las
moléculas fósiles en el estímulo de la memoria histórica de la especie. Pero
las leyendas estimulan no solo las fantasías sino las ciencias. ¿Quién puede
decir que en el futuro no podamos descubrir los verdaderos orígenes de la razón
en La Tierra con métodos semejantes?<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoBodyTextIndent" style="margin: 0cm 0cm 24pt; text-indent: 0cm;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Bookman Old Style;">1987<o:p></o:p></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 12pt;">
<span lang="EN-GB"><o:p><span style="font-family: Bookman Old Style;"> </span></o:p></span></div>
Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-22657062000475744192013-06-25T05:45:00.001-07:002013-06-25T11:14:30.852-07:00FRAGMENTO DE MI NOVELA AUTOBIOGRÁFICA.<br />
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-MX" style="mso-ansi-language: ES-MX;">6<o:p></o:p></span></b></div>
<br />
<div class="MsoBodyText" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES-MX" style="mso-ansi-language: ES-MX;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En esa casa del tío-abuelo vi –cuando apenas
empezaba a tener conciencia de la vida- la turba de hombres y mujeres del
pueblo que se dirigían armados de palos y machetes hacia el Paseo de Los
Mártires para vengar la muerte del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán. Me contó
Luz Elena, mi madre, que ese día escuchó a un señor de apellido Blanco arengar
desde la esquina por un altavoz a las montoneras para que no dejaran intacta
ninguna tienda o negocio de la oligarquía y que empezó a temer por la tienda y
por la piladora de maíz del tío-abuelo Luis Vega. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="mso-ansi-language: ES-MX;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Y que aparte de que a los gaitanistas de Cartagena: a Jorge Artel, a
Braulio Henao Blanco y a Ramón León y B, los pusieron presos en la Base Naval,
que luego de ser liberados, el primero se tuvo que ir al exilio para salvar su
vida y que al segundo lo mató días después un policía de apellido Quiroz y que
una turba conservadora destruyó los estudios de la emisora en donde se
transmitía el radio periódico Síntesis, de Víctor Nieto, señalado como afín al
líder inmolado, aparte de eso no pasó nada en la ciudad ni tuvimos que lamentar
tragedia alguna en la familia. Tal vez lo único que enturbió la tranquilidad
solariega de los Vega fue la agresión verbal primero, y con un cuchillo después,
de la señora Rosa Baldiris a mi tío Agustín, en respuesta a las palabras de
éste dichas con infinito desprecio: “A ese negro había que matarlo porque si no
perdíamos el poder”; <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>agresión que obligó
a mi tío a echarla de su casa. Muchos lustros después, siendo estudiante de
Derecho en la Universidad de Cartagena, me enteraría que la pobre señora <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Baldiris se encontraba muerta en la morgue del
Hospital Santa Clara a la <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>espera de un
familiar o conocido que la reclamara, familiar que nunca llegó; y no pude menos
que lamentar, no obstante la enemistad de ella con mi madre, ese doloroso fin
de una mujer del pueblo que vivió arrimada en la casa de mi tío Agustín, bajo la
protección de su amiga Angustia, y que defendió unas ideas que yo no entendía a
esa edad pero que con el correr del tiempo sabría valorar en su justa dimensión,
cuando comprendí con <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mi experiencia
lectora y mi militancia juvenil revolucionaria, que Gaitán</span><span lang="ES-MX"> </span><span lang="ES">no era marxista ni simpatizante del comunismo.
Pero que sí era un político reformista, un liberal de tendencias
socialdemócratas, honestamente comprometido con las ilusiones de redención
social de un pueblo que padecía los horrores de la explotación y de la guerra.
Su ideario así lo decía claramente. Él<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>pensaba en repartir mejor la riqueza nacional para permitirles a los
pobres tener su parte y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tenerlos en
cuenta también a la hora de las grandes decisiones del Estado. Nunca propuso la
abolición de la propiedad privada ni la dictadura de una clase o de un partido.
Abogó por la “restauración moral de la República” en contra de “los mismos con
las mismas”, los oligarcas de ambos partidos que empezaban a manchar la
dignidad de Colombia con actos de corrupción y violencia, y llamó a la unidad
del pueblo diciéndole que “el hambre no era liberal ni conservadora”. Aspiraba
a forjar un partido liberal con ideas de transformación social encaminadas a
poner a Colombia a tono con los cambios que se habían producido en el capitalismo
de Europa, los cuales condujeron a varios de sus países a los niveles de
desarrollo y justicia social que hoy tienen. A nada más aspiraba el caudillo.
De haberlo logrado como presidente hubiera reducido la miseria, las
desigualdades, la corrupción, la intolerancia política y hubiera iniciado el
proceso de construcción de un país con justicia social, más democracia y sin
violencia. Y tal vez hoy no tuviéramos un 80% de colombianos en la pobreza y no
hubiéramos tenido guerrillas, ni parapolítica ni paramilitarismo. Y entendí
también, gracias a mis lecturas, que no fue asesinado sólo por Roa Sierra ni
por el comunismo internacional, sindicado por el presidente Ospina Pérez y la
prensa conservadora de entonces para desviar la atención. Fue asesinado por
quienes temían un ascenso del pueblo al poder de la mano suya y del partido
liberal del cual se había apoderado con su verbo y su carisma. Y por la CIA,
interesada en crear las condiciones para que en la conferencia Panamericana que
se realizaba en Bogotá se aprobara la declaración anticomunista que proponía el
delegado de los EEUU y que no contaba con el apoyo mayoritario de los
asistentes antes del magnicidio y que finalmente se aprobó. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 14pt; line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><span lang="ES">Hoy, señor escritor y
perdóneme este paréntesis político en mi narración, a seis décadas del crimen,
todavía las autoridades judiciales no han encontrado a los autores
intelectuales que muchos intuyen y algunos textos de historia han señalado, pero
seguimos pagando sus consecuencias. Tal y como Gaitán mismo lo vaticinó:
transcurrirían 50 años de violencia si las oligarquías lo asesinaban. Y han transcurrido
muchos más. Producto de la tozudez de la oligarquía que lo mandó a matar y de
la que posteriormente ordeno la invasión aerotransportada de dieciséis mil
hombres a Marquetalia, es esta etapa de violencia que no termina. Y le cuento algo
más que el país no conoce, para que conste en la historia por si los historiadores
no lo cuentan: Como consecuencia del asesinato del caudillo, uno de sus
seguidores, el campesino liberal Pedro Antonio Marín, decidió enmontarse para
luchar en contra de las dictaduras conservadoras y militar que se instalaron
con violencia los años siguientes para impedir que el pueblo gaitanista vengara
con la toma del poder la muerte del caudillo. Pero no todas las guerrillas de
esos tiempos eran liberales, también las hubo con mandos comunistas. Pedro
Antonio Marín se relacionó con una de ellas y terminó aceptando su estrategia y
su política. Y organizó un caserío con sus hombres desmovilizados una vez finalizada
la guerra <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y allí comenzó a descuajar
montes y a trabajar la tierra, a criar animales, luego de esconder las armas en
la espesura de la montaña por si era necesario volver a empuñarlas. Como en efecto sucedió. El
gobierno de los terratenientes, de los industriales y de los banqueros no podía
tolerar que en un caserío colombiano mandara un comunista y decretaron,
instigados por el partido conservador, el exterminio de ese pueblo y de sus
gentes con un bombardeo que apenas mató los cerdos, las vacas, las gallinas y
los asnos que los campesinos tenían en sus casas y parcelas. Si en lugar de
enviarles al coronel Matallana con su ejército, le llevan a los guerrilleros
convertidos en agricultores: la escuela, le construyen el carreteable, el
puesto de salud y aceptan que el inspector de policía fuera uno de ellos y no
un “godo” arbitrario y asesino, al cual hubieran tenido que matar, hoy Marquetalia
fuera un próspero municipio, Pedro Antonio Marín fuera el alcalde más viejo del
mundo y las FARC no hubieran existido.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-60346474352061041232012-12-04T04:28:00.002-08:002012-12-04T04:31:28.113-08:00<div>
QUARK</div>
<div>
Por Antonio Mora Vélez.</div>
<div>
</div>
<span style="font-family: Tahoma;"></span><br />
<span style="font-family: Tahoma;"><div>
Escondido en las estructuras</div>
<div>
del asombro,</div>
<div>
eres y no eres</div>
<div>
en el todo que construyes.</div>
<div>
El Fuego te esclavizó</div>
<div>
en el estallido primigenio</div>
<div>
y hoy no te deja viajar</div>
<div>
libremente</div>
<div>
por las praderas de la Luz.</div>
<div>
</div>
<div>
Así de sometido,</div>
<div>
sueñas con tu hogar</div>
<div>
--fuera del tiempo--</div>
<div>
y te ves radiante</div>
<div>
y pleno de entidad </div>
<div>
y te consuela pensar</div>
<div>
que el Cosmos dejará </div>
<div>
algún día de estirarse</div>
<div>
y que la fragua creadora</div>
<div>
de estos sueños</div>
<div>
te transportará a tu vieja morada</div>
<div>
--la de tus pares—</div>
<div>
a disfrutar eternamente</div>
<div>
de las mieses del Espíritu.</div>
<div>
</div>
<div>
Noviembre 17 de 2005.</div>
</span><br />Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-60660947765870771892012-11-23T07:50:00.000-08:002012-11-23T07:53:31.568-08:00CUENTO MÍO DE CF POCO CONOCIDO<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;">LOS
OTROS*<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 14pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Habían transcurrido
diez años convencionales desde que los tripulantes de la Antar II iniciaron la
búsqueda de la enigmática fuente de energía que por años venía enviando, con
destino a nuestra galaxia, una señal arrítmica, periódica y constante. Fueron
diez años durante los cuales Karlem, la única mujer de la expedición, no cesó
un instante de pensar en la despedida, en las cosas hermosas que quedaron en La
Tierra, en las voces entrañables que le dijeron: “¡Karlem, enhorabuena! Eres la
primera mujer en viaje por los espacios intergalácticos, que es tanto como
decir, en viaje hacia el infinito”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Se
preguntaba una y mil veces. “¿Qué objeto tiene entregar el resto de una vida?”.
Pero se reconfortaba con la esperanza de conocer a los autores del incesante
llamado. Además, en más de una ocasión había soñado con la existencia de una civilización
más avanzada que la nuestra. Le parecía que el hombre terrestre, a pesar de su
innegable progreso, no había alcanzado su total perfeccionamiento. Aún existían
el odio, la envidia y el egoísmo, no obstante la alta tecnología productiva y
la educación dirigida. Consideraba que el Hombre integral sólo puede albergar
en las interioridades de su cerebro, amor, pero amor en la más amplia
significación del término. Y estaba convencida de que ese hombre perfecto debía
existir en algún lugar del universo.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La Tierra, en cambio,
había envejecido muchos siglos después de la época en que los astrofísicos y
radio astrónomos del Centro Gagarin, con fundamento en la tesis que sostiene
que en la naturaleza no se dan radioemisiones<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>de carácter periódico, llegaron a la conclusión de que dichas emisiones
tenían que provenir de alguna inteligencia del cosmos y además extraordinaria
porque las ondas del mensaje debieron partir cuando todavía no habían hecho su
aparición sobre nuestra superficie los primeros seres vivos y apenas si
terminaban de conformarse las primeras proteínas. Una estrella de la clase U,
ubicada en el plano medio ecuatorial de la galaxia IC-9801 del cúmulo de
Boyero, a tres<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>millones de años luz, fue
señalado<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como el lugar del cual partieron
las poderosas ondas de radio captadas en La Luna. Y hacia ese lugar del cosmos
indicaban el rumbo las coordenadas de vuelo de la Antar II.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Por lo anterior,
Karlem, la valerosa ingeniero responsable de las comunicaciones, no logró
resistir el incontrolable deseo de conocer lo que está más allá de las
estrellas, y pudo armarse del valor suficiente para aceptar hacer parte de una
expedición incierta que quizás nunca llegue a su destino ni logre regresar a su
lugar de origen. Encerrada como estaba en sus pensamientos, no escuchó la orden
dada por el comandante Rob para que la tercera unidad de energía fuera activada
y la nave lograra la octava velocidad cósmica. Un breve titubeo y la astronave
brilló, con el fulgor de un sol, para anunciarle al espacio ilimitado que los
hombres de La Tierra se disponían a ingresar en sus misteriosos laberintos en
busca de nuevas realidades. La pantalla ovoidal se vio de pronto llena de
figuras fugaces, de líneas multicrómicas que semejaban un filme interminable y
de indescifrables puntos brillantes que se agigantaba para perderse luego. Habían
logrado la aceleración y velocidad necesarias para superar la atracción del
campo gravitacional galáctico. Atrás quedaba, como dormida en una alfombra
oscura, la Vía Láctea, nuestra ya pequeña morada. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Rob cumplía su quinta
misión en el espacio. Pero ésta era para él la más importante. No sólo porque
era la primera incursión extra galáctica del ser humano sino porque con ella se
le presentaba la oportunidad de demostrar su teoría de la Relatividad Simétrica
de la Materia que expuso en la Academia de Ciencias cuando resolvió conseguir
el grado en astrofísica. Por su mente aún desfilaban los rostros sardónicamente
sonrientes de los examinadores y en especial el de Lon Vert, quien le interrogó
entonces: “¿Acaso es posible que en nuestro planeta nazcan de padre y madre
diferentes, dos hijos exactamente iguales?”; para demostrarle que la simetría
de la Materia no podía llegar a los extremos por él pretendidos.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Varios años terrestres
después, una estela de luz con la intensidad de una supernova, iluminó las
aerodinámicas líneas de la cosmonave. Su luminosidad creciente duró pocos
segundos, los suficientes para que el ojo avizor del piloto electrónico
dispusiera la apertura de las cabinas de hibernación en las que los valientes
astronautas acortaban el tiempo para matar la monotonía y posibilitar el éxito
de la empresa. Rob miró la pantalla de controles y observó que quedaban en ella
huellas del extraño fenómeno, fragmentos titilantes de color plata se
refractaban en la cúpula de vitrilo formando una hermosa acuarela cristalina
que lo transportó imaginariamente a un mundo de fantasías. “¡Marcha atrás!”,
ordenó, no sin antes solicitar los cálculos a los ingenieros de vuelo. “Solo
una cosmonave es capaz de dejar rastros como éstos”, agregó.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Estaban justamente en
el lugar llamado de las carrozas de fuego, casi en la mitad del viaje. La
operación de frenada para constatar la naturaleza del objeto estelar visto
demoró algunas horas terrestres y la Antar II tuvo que regresar y adelantar dos
veces antes de quedar frente a frente con el misterioso objeto del cosmos, que
ahora se mostraba imponente como lo que en verdad era: una nave colosal que
tenía la figura de una golondrina en pleno vuelo. Dos extensos alerones que
terminaban hacia atrás en punta contrastaban con sus cuatro reactores en forma
de delta. Su cabina se alargaba como un hilillo de plata hasta confundirse con
las tinieblas del espacio.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Segundos de
contemplación más tarde, una lucecilla de color violeta apareció en las láminas
inferiores del cuerpo central y se fue ampliando hasta transformarse en una
pequeña plataforma recubierta por un cono de material trasparente. “No cabe
duda, vienen preparados para mostrarse ante nosotros” dijo Rob. Y tuvo que
criticar la imprevisión de los ingenieros constructores de la nave terrícola
porque no había en ella mecanismo alguno para mostrarse a otros seres del
cosmos en las afueras del espacio y era imposible todo intento de transbordo
sin poner en riesgo la vida de la tripulación.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El momento esperado por
siglos se producía. Y fue entonces cuando Karlem dio rienda suelta a su
fantasía recordando la ley de la complejidad estética de la materia
recientemente formulada. “Los habitantes de una civilización extraterrestre con
millones de años de existencia, tienen que ser anatómicamente perfectos,
hermosos, y espiritualmente pletóricos de amor y de optimismo en las infinitas
capacidades de la inteligencia. Igual que en los cristales, la materia viva en
su desarrollo ascensional adopta una organización mucho más armónica y
perfecta, en proporción al tiempo de evolución”. Rob, por su parte, no pudo
evitar pensar en ese instante, en las interminables sesiones de la Academia y
en la frase final de su discurso: “La simetría es una propiedad universal de la
materia que no admite excepciones. En algún lugar del cosmos debe existir una
galaxia o un sistema estelar o un planeta parecidos a los nuestros pero de
signo contrario”. Tampoco pudo evitar pensar en la imposibilidad de comunicar a
sus descendientes de La Tierra el gran encuentro, en Varna su esposa resignada
quien le dijo al partir: “Rob yo sé que tú algún día, cuando de mí no quede
sino el recuerdo, allá en el infinito, podrás gritar que tenías la razón”. Y
pensó también en los años de viaje que todavía faltaban, en la cara huesuda de
Lon, en los ojos anhelantes de Karlem, en tantas y tantas cosas, que no observó
dos figuras esbeltas, desnudas, que aparecieron en actitud de danza y modelaje
sobre la plataforma de cristal de la astronave amiga, ni escuchó la exclamación
de asombro de Karlem al mirarlas: “¡Pero si somos nosotros!”.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Montería, 1972.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_7nD-dDXdTFDzL6ygUZSKHm7wBPxX6Jres1VGug25upgPwLGWg_srjgVYaf1fFzL_tzFYmyWRxvWSV7_xOuD_MkR5KNNvK5vfScR03Mjf1LnppUJvwowXKTSqViULqKLmL6FSLtBp/s1600/Portadas+libros+003.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_7nD-dDXdTFDzL6ygUZSKHm7wBPxX6Jres1VGug25upgPwLGWg_srjgVYaf1fFzL_tzFYmyWRxvWSV7_xOuD_MkR5KNNvK5vfScR03Mjf1LnppUJvwowXKTSqViULqKLmL6FSLtBp/s320/Portadas+libros+003.jpg" width="240" /></a></div>
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p>*Hace parte de mi primer libro de cuentos de CF titulado Glitza (1979) y fue publicado inicialmnte en el Magazín Dominical de El Espectador en ese año de 1972.</o:p></span></div>
Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-10858178826317349452012-07-08T18:56:00.002-07:002012-07-08T19:01:45.146-07:00<br />
<h2 class="MsoNormal" style="font-weight: normal; line-height: 200%;">
<b>“LA PARTÍCULA DE DIOS”</b></h2>
<div class="MsoNormal">
Por Antonio Mora Vélez</div>
<div class="MsoNormal">
La confirmación de la existencia del llamado bosón de Higgs
introduce un nuevo elemento de discusión en la milenaria confrontación entre
las concepciones filosóficas espiritualistas y materialistas del mundo. El mentado bosón –cuyo descubrimiento es sin
duda uno de los grandes aportes de la ciencia al pensamiento humano- demuestra
que el proceso de transformación de la energía en materia masificada es el
mecanismo de formación de las partes de que se compone nuestro universo. Los bosones –cabe explicarlo-- son los
portadores de la acción que la fuerza de un campo ejerce sobre las cuerpos y
partículas que interactúan dentro de su esfera de influencia. Cada una de las llamadas cuatro fuerzas de la
naturaleza tiene su bosón respectivo. El gravitón para la gravitacional, el fotón
para la electromagnética, el gluón para la fuerza nuclear fuerte y los bosones
W+, W- y Z para la fuerza nuclear débil.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Si nos remitimos a la teoría del
Big Bang, el bosón de Higgs es la partícula portadora de la fuerza unificada del
campo inicial también unificado del universo en el cual vivimos. Y gracias a su
acción, durante los primeros tiempos después del estallido, se formaron los
electrones y los quark y éstos se unieron para formar protones y neutrones; un
millón de años después electrones, protones y neutrones se unieron para formar
átomos cuyas posteriores combinaciones, millones de años más tarde, dieron
lugar a las galaxias, las estrellas, los planetas, la vida y el hombre. Como
corolario de ese proceso el campo unificado inicial se deshojó como un queso de
capa y dio origen a los campos gravitacional, electromagnético, nuclear fuerte
y nuclear débil ya señalados. Y la fuerza unificada inicial se abrió como un
atado de tallos junto con las capas y dio origen a las cuatro fuerzas descritas
arriba.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El descubrimiento de la Física
que comentamos es de una gran importancia porque confirma la necesidad de
relacionar la mecánica cuántica y la clásica en el estudio del cosmos. De cómo
para entender muchos fenómenos del macrocosmos hay que recurrir a las leyes del
microcosmos, esto es, de la mecánica cuántica, tal y como lo afirmó Stephen
Hawkings luego de explicar la naturaleza
de los llamados agujeros negros. Y le abre camino a la tarea de desenredar los
enigmas de la expansión del universo y definir si éste va hacia una expansión
infinita o tarde o temprano llegará a un estado de equilibrio térmico producido
por la entropía en el que habrán desaparecido hasta los protones y los neutrones
y solo existirán partículas ligeras y radiación, estado de equilibrio que será
roto por la acción gravitatoria en estado cuántico y seguramente gracias a la acción de esa
llamada “partícula de Dios”: los bosones
de Higgs, dispuestos a recomenzar el proceso pero en sentido inverso, no hacia
la expansión sino hacia la contracción del universo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Una partícula que es capaz de
poner en funcionamiento la dialéctica del mundo merece el calificativo de “la partícula
de Dios”. Ella, sin tener masa, y siendo partícula y onda al tiempo, lo que le
permite ser parte y todo en el campo unificado originario, y tal vez por ser la
fuerza integrada inicial, logra que de la energía que lo contiene, que es el
todo, salgan las partículas dotadas de masa que estructuran como ladrillos, el
universo. La materia tiene la razón de su existencia en sí misma, reiteran ahora
los materialistas. El campo unificado y la gran fuerza inicial no son materia,
responden los espiritualistas. El Dios que aviva el mundo reside en él, es la
esencia que lo mueve, y el bosón de Higgs es su instrumento, dirán los
panteístas. ¿Y quién creó la energía
primigenia y al mentado bosón?, preguntarán los teístas. Y se las dejo ahí, por
ahora. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-19241458575879674632012-06-18T06:39:00.001-07:002012-06-18T06:39:42.890-07:00RAY BRADBURY<!--[if gte mso 9]><xml>
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<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Para empezar, esta verdad: los
cuentos y novelas de Ray Bradbury<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tienen
un espacio especial en mi memoria. Y la razón es que nadie como él ha podido plasmar
en un relato la tristeza del hombre frente al futuro incierto que le espera,
sin necesidad de recurrir a las imágenes truculentas y terroríficas de algunas
corrientes modernas de la ciencia-ficción. Cuentos como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Vendrán lluvias suaves</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
peatón</i> son suficientes para hacernos entender que el hombre está condenado
a la extinción si persiste en su afán de acabar con la naturaleza -que es su
madre- en aras del progreso de los hornos y de las turbinas. En el primero de
esos cuentos, una casa inteligente que subsiste después de un cataclismo, sigue
sirviendo a sus huéspedes ya muertos como si nada hubiera ocurrido, hasta que
un incendio la destruye. En el segundo, un escritor -el último peatón de una
ciudad deshabitada- es descubierto por un carro policía automático y llevado a
un centro siquiátrico para curarle sus “tendencias regresivas”, que por tales
entiende las de escribir y las de pasear para coger el aire de las calles
solitarias. O las <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Crónicas Marcianas</i>,
una colección de relatos elegíacos en los que Bradbury reafirma su esperanza de
salvación de la vida humana muy a pesar de la destrucción de La Tierra y en los
cuales Marte es un símbolo del cual se vale al autor para mostrarnos todo lo
bello y bueno que perdimos en nuestro planeta.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero la joya de la corona es tal
vez <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fahrenheit 451</i>, novela en la que
Bradbury nos previene del poder alienante y desorientador de los medios de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>comunicación -lo que hoy es una
realidad-<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>del papel nefasto de los fundamentalismos
ideológicos y de los totalitarismos políticos, hoy de sobra conocido. Montag,
el personaje –“uno de los tipos más puros de la literatura universal” según
Charles Dobzinky-, descubre que leer y memorizar libros es mucho mejor que
quemarlos porque en cada uno de ellos hay alguien que dedicó parte de sus
sueños y de sus energías para escribirlos y porque en sus palabras tiene que
haber algo para que una mujer se deje quemar viva por el delito de poseerlos. Y
Montag cambia de bando y se une a los perseguidos del sistema, todos ellos
conservadores en el mejor sentido de la palabra, de las obras clásicas de la
literatura y del pensamiento.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La ciencia-ficción tiene dos
líneas aparentemente antagónicas: la distopía (mostrar un futuro nada bueno
para la especie humana) y la utopía (que propone todo lo contrario). Bradbury
tiene el mérito de haber superado esos límites otrora rígidos del género y
haber optado por su combinación.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por eso
en su obra, al tiempo que el hombre enfrenta realidades desconcertantes y apabullantes,
siempre hay una salida. Como lo dice uno de los personajes de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fahrenheit 451</i>: “eso es lo maravilloso
del hombre; nunca se descorazona o disgusta tanto como para no empezar de
nuevo”. Además del lenguaje poético y de la fantasía desbordante que hay en
varios de sus relatos (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las doradas
manzanas del sol y Calidoscopio</i>, por ejemplo), ese optimismo humanista es
uno de sus grandes aportes al género y una de sus enseñanzas a sus discípulos.
Con él aprendimos que el peor de los futuros posibles no puede cerrarnos las
puertas de la esperanza; esa esperanza bradburiana que transita por todos mis
libros de cuentos y poemas, empezando por <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Glitza</i>
y que es el gran mensaje de mi novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
nuevos iniciados</i>. Por eso, perdónenme si les digo que en Colombia nadie
como yo ha lamentado tanto su muerte.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Antonio Mora Vélez.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-29151930269648042802012-05-26T05:20:00.002-07:002012-05-26T05:24:26.378-07:00<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">PALABRAS DE
PRESENTACIÓN DEL LIBRO “YO, RAÚL”.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Yo, Raúl –es el libro
del profesor y escritor Rubén Darío Otálvaro Sepúlveda que hoy presentamos en
esta ciudad en donde vivió su niñez el poeta Raúl Gómez Jattin. Un libro que
estaba haciendo falta para conocer más a fondo la lírica de este gran poeta
nuestro que, a juicio de muchos críticos, le dio a la poesía colombiana un
nuevo aire con sus temas y por la calidad de su obra. El análisis de la poesía de Raúl Gómez Jattin
lo hace nuestro escritor Otálvaro con base en tres categorías de la crítica: el
sujeto lírico, el espacio poético y la intertextualidad. Ellas le sirven para señalar, primero, que en
“la poesía gomeziana…--cono él la denomina-- el yo poético es expresión directa
del yo biográfico”. Con lo cual Gómez Jattin –dice Otálvaro-- se distancia de
la poesía moderna, que “plasma una visión del mundo a través de la creación de
una voz poética impersonal hasta el extremo de hacerla casi inidentificable”,
de casi hacer desaparecer la voz personal del poeta. Veámoslo con este ejemplo:
“Los habitantes de mi aldea/ dicen que soy un hombre/ despreciable y peligroso/
y no andan muy equivocados// Despreciable y peligroso/ Eso han hecho de mí la
poesía y el amor//. El poeta y el hombre se confunden en estos versos y en casi
todos los demás de su obra.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El espacio poético de
Gómez Jattin es para Otálvaro, el Sinú con sus
ciénagas, poblaciones, frutas y animales. Un espacio poético que se
convierte en símbolo del dolor y del amor, de la vida y de la muerte, de la
soledad y de los sentimientos que atormentaron su vida. Pero Otálvaro agrega,
lo que le da más profundidad a su análisis, que Gómez Jattin no pudo prescindir
de esa naturaleza para expresar sus sentimientos. Una de sus obsesiones –dice—:
dibujar su propio retrato de vida, no lo pudo hacer sin “dejar de poner en él,
como paisaje de fondo, sus llanuras sinuanas, los frutos, los animales, el
calor de su tierra”. Y en especial el
río –gusano de cristal irisado—del cual se considera hechura cuando afirma ser
“hombre de río pero con el alma negada”.
En síntesis: La geografía en Gómez Jattin, o sea el espacio poético, está tan íntimamente
ligada al Yo poético, al sujeto lírico, que se puede decir que son una unidad
de opuestos, y que gracias a esa unidad del uno y del otro fue posible el
surgimiento de esta gran poesía.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Pero el diálogo de
Gómez Jattin con la geografía y con la cultura del Sinú, con los poetas,
dramaturgos, filósofos y pensadores que leyó, también se sumó al proceso de
creación de la poesía gomeziana. Con
este recurso, al cual los teóricos le denominan intertextualidad, nos muestra el profesor y escritor Otálvaro la
vasta erudición que el poeta tenía sobre muchos temas, e incluso la razón de
ser de su estilo y de su visión de la vida. Gracias a este análisis entendemos,
por ejemplo, que el verso intimista y sencillo se lo debe nuestro poeta a quien
fuera uno de sus paradigmas, el poeta español Antonio Machado. Y de cómo el
erotismo y algo de su estilo lo bebe Raúl en la fuente de la poesía de Walt
Witman. De cómo descubrió la tristeza en el rostro de su padre mientras éste le
leía la Canción de la vida profunda de Barba Jacob. Y de cómo la poesía de
Octavio Paz, lo que el poeta confiesa en tres de sus versos, lo puso en
contacto y lo hizo pensar en el aire, en la luz solar, vale decir en la
naturaleza, y le facilitó la conversión de ésta en expresión de su tristeza.
Hay un poema de Paz dedicado al pintor mejicano José Luis Cuevas que parece
escrito pensando en Raúl. Dice en su estrofa final: “desde el fondo del tiempo,
desde el fondo del niño, José Luis –podríamos decir Raúl- dibuja nuestra
herida”.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">De todo lo anterior,
sumado tales elementos como las partes de un suculento banquete literario,
surge según Rubén Darío Otálvaro, la poesía de Raúl Gómez Jattin, una poesía
que maneja un estilo prosaico y oral que rompe con la tradición conservadora de
la poesía colombiana y que no hubiera
sido posible sin la maravillosa conjunción de la tristeza de Raúl frente a las
imágenes de su memoria, sin el escenario del Sinú que le propició los pocos
días de felicidad que tuvo y sin el aporte de sus muchas lecturas que le dieron
el soporte estilístico y de sabiduría para poder expresar lo que hay en su
obra. Qué tan lejos este análisis del unilateral que resalta más la vida, la
biografía del poeta con sus pasiones, defectos y tormentos. A éstos últimos, a
los que han dado más importancia al loco, al homosexual, al drogadicto, el
poeta les dice en sus versos dramáticos: “Valorad al loco (no lo miren a él, miren al hombre,
al poeta) porque él nos representa ante el mundo,/ con su sensibilidad dolorosa
como un parto”. Y eso, mirar al poeta, su entorno y sus lecturas y reconocer
de paso al hombre es lo que ha hecho Rubén Darío Otálvaro con este maravilloso
libro que hoy presentamos en homenaje a la memoria del gran poeta de Cereté.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Antonio Mora Vélez,</span></div>
<div class="MsoNoSpacing">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Cereté,
Casa de la Cultura <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Raúl Gómez Jattin</i>,
mayo 25 de 2012.</span></div>Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-49083079089141091312012-05-14T06:45:00.000-07:002012-05-14T06:45:54.840-07:00¡QUÉ GRAN DESPERDICIO!A Carl Sagan, autor de “Contacto”.<br />
<br />
Si esa luz que nos llega de Sirio
o de Andrómeda<br />
no alumbra el sueño de otros seres.<br />
Si en todo el universo,
como dicen los escépticos,<br />
la vida es ausencia
en medio de la noche.<br />
Y si la palabra reside solo
en este valle del cosmos<br />
y el infinito es arena y gas
y una que otra hoguera<br />
en el tapete azabache
de los dioses.<br />
Qué gran desperdicio de espacio,
Señor...<br />
¡qué falta de visión la tuya!
¡cuánta soledad!
¡cuánta tristeza!<br />
<br />
<br />
2001Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-75635865329619284722012-04-17T08:06:00.002-07:002012-04-17T08:06:59.575-07:00EL PARTIDO DE MAGOLAPor Antonio Mora Vélez.<br /> <br /><br /> Ese día del célebre partido de pelota del cuento, estudiábamos un examen de derecho penal: Fernando, Lucho, Geminiano y yo, en la casa del primero ubicada en el popular y populoso barrio Torices, sede del equipo de béisbol profesional del mismo nombre. Habíamos concertado llegar temprano para almorzar algo –invitados por la esposa del amigo--, conversar un rato mientras hacíamos la digestión y estudiar hasta las 9 de la noche ya que después de esa hora era difícil encontrar un bus que nos llevara al centro y en mi caso, encontrar otro de la ruta Popa-Olaya que me transportara hasta mi casa.<br /> En el estadio 11 de noviembre se enfrentaban las novenas de Bolívar y Córdoba, uno de los clásicos de la pelota costeña. Y de no haber sido por ese examen me habría ido para el “coloso novembrino”--que así lo llamaban los locutores-- a ver al “Tigre” Leal enfrentando los lanzamientos cruzados del “Santico” Berrocal y al “Regadera” Rodríguez despachando la pelota de hit a todos los jardines. Pero había que cumplirle al profesor Guillermo Gómez León, que era un buen docente y exigente en su materia, pero sobre todo porque él tenía del grupo y de mí en particular, el mejor de los conceptos como estudiantes. <br /> Cuando hubimos repasado todos los artículos de los delitos contra la libertad y el honor sexuales, suspendimos y decidimos salir a la avenida a esperar el bus de Torices-Crespo. El partido iba todavía por el quinto episodio –lo escuché en la tienda del sector-- y pensé que tendría tiempo de escuchar el resto por la radio en la voz deportiva de Marcos Pérez Caicedo. Y así fue en efecto, pero antes debo decirles que Geminiano y Lucho vivían en las residencias universitarias, que quedaban a pocas cuadras de la estación de la avenida Venezuela en el Centro, y por eso, a los pocos minutos de espera, se embarcaron en su bus, que era ya el último. Yo, en cambio, residía en el barrio 13 de junio, bastante lejos de donde estábamos, y por eso decidí quedarme en Torices y aceptar la invitación de la mujer de mi primo Pablo, de dormir esa noche en su apartamento situado a tres cuadras de la casa de Fernando.<br /> La noche estaba metida en lluvia y esa fue otra razón para no aventurarme hasta el barrio 13 de junio, que estaba construido sobre una meseta, y era que el bus de Popa-Olaya me dejaba abajo en la estación de gasolina de Caimán y entonces me tocaba, para llegar a la casa de mi tío Agustín, subir por una calle que era una pendiente destapada de cinco cuadras que se convertía en un barrial cuando llovía. Fernando me acompañó hasta la puerta del apartamento de Magola, que así se llamaba la mujer de Pablo, y se retiró hacia su casa una vez aquélla me invitó a entrar. El apartamento no era tal sino la segregación de parte de una casa habitada por una familia de pocos miembros que decidió reducir su espacio para ganarse los dineros de la renta; constaba de una sala-comedor, de una alcoba espaciosa, una cocineta en el patio común y un baño anexo a la alcoba. La sala-comedor de mi primo estaba separada de la sala de la casa por una cortina gruesa y enorme que permitía el paso de un lugar a otro con solo apartarla en una de sus orillas. Y se me vino a la cabeza entonces que no debía ser nada agradable vivir así ya que la intimidad de la alcoba, que no tenía puertas sino también otra cortina pero transparente, era vulnerable desde el otro lado de la casa.<br /> La mujer de mi primo me recibió en bata de dormir de seda transparente. La sala-comedor estaba alumbrada por la luz de la alcoba y pude ver el juego de tres muebles y una mesita de centro, y la mesa redonda del comedor con cuatro sillas. Me informó que me acostara en el sofá, en donde ya estaban dispuestas la almohada y la sábana. Me indicó donde quedaba el baño y me dijo que si tenía necesidad de ir a él que atravesara la alcoba sin pena, que éramos de la familia y estábamos en confianza. Finalmente me dijo que si yo quería, ella apagaba el radio, que lo tenía encendido justo en el partido de pelota que yo quería escuchar. “Es para saber a qué horas se acaba porque Pablo se lo está viendo y tengo que calcularle el tiempo de regreso para saber que no se fue con sus amigos a parrandear con las putas de Tesca”, me dijo para justificar el encendido.<br /> --No, si no te molesta, no lo apagues que yo quiero escuchar el partido—le dije<br /><br /> Yo estaba en la sala y ella en la entrada de la alcoba y pude verle con la ayuda de la luz, su cuerpo desnudo y esa visión me transportó mentalmente al bar Tropicana de Montería y a la noche en que supe lo que era el sexo por primera vez con la vecina gordita que trabajaba en ese bar. Magola, igual que la mesera de esa noche memorable, no tenía un cuerpo esbelto, era bajita y gordita, pero en la exhibición de sus piernas gruesas, en sus amplias caderas y en sus senos aún turgentes, se adivinaba la lujuria que sus ojos trataban de ocultar.<br /> --Hasta mañana, Mago. –le dije y me senté en el sofá a esperar a que ella se acostara y apagara la luz para yo quitarme la ropa y acostarme en calzoncillos.<br /> Pero Magola no apagó la luz ni tampoco la radio. Alcibíades Jaramillo por Bolívar y Wilfrido Petro por Córdoba, seguían entretanto, trenzados en un duelo de serpentinas, dominando a los mejores bateadores de ambas novenas. Habían transcurridos seis episodios y el marcador era un cero a cero que mantenía en tensión a los miles de espectadores del estadio y a los centenares de miles de radioescuchas de ambos departamentos. <br /> -!Tony…! estás escuchando el partido?—dijo al rato Magola desde su cama y le contesté que sí y pude entonces observar al mirar hacia ella y a través del toldo para los mosquitos, que se había quitado la bata y estaba con un interior que le cubría apenas el monte de Venus y el valle que se abre entre sus nalgas.<br /> - Lo que es Bayuelo le mete un palo a Petro y se le acaba la vaina a los cordobeses-- agregó.<br /> Pero el palo de Bayuelo no se produjo y el partido continuó en su monótono transcurrir de ponches, roletazos al campo interior y elevados fáciles a los jardines que colgaban cero tras cero y yo alternando mi atención en la narración de Marcos Pérez con las poses insinuantes de Magola, que no hacía sino cambiar de posición en la cama a cada rato, según la jugada, y levantarse del lado de la sala para hacer algo impredecible pero en verdad –así lo supe después-- para que yo la viera de frente y le contemplara el triángulo de su sexo que resaltaba coposo en su pantaloncito blanco de encajes.<br /> Una hora más tarde, cuando el partido estaba en la conclusión del noveno y bateaba la tanda brava de Bolívar, le dije a Magola, con la decente pero ingenua intención de que se cubriera: “Mago… voy a orinar”.<br /> -Ya sabes el camino--me respondió.<br />Me dirigí hacia el baño, sin mirar hacia la cama al pasar frente a ella. Al terminar de orinar no resistí la tentación de verla desde el sanitario y noté que ya entonces Magola se había quitado el interior de encajes, estaba boca abajo resaltando la herencia bantú de sus voluminosas nalgas y que la sangre empezó a llenar de fuerza mis deseos. Esperé uno o dos minutos que Fernán Velásquez aprovechó para robarse la segunda base. Comencé a caminar hacia la sala, esta vez disimulando, como si nada estuviera ocurriendo. Ni dentro del toldo ni en la pasión carnal alebrestada que bregaba por salirse de mis casillas.<br /> -¡Oye, vas a esperar a que se produzca el último out del último inning!—, me dijo sonriente justo al pasar frente a los pieceros de su cama, lo que me obligó a contemplarla en su imponente y provocadora desnudez. Vi entonces, inmóvil por la turbación, que abría ligeramente las piernas y se pasaba con delicadeza la mano derecha por su sexo y que levantaba el toldo con uno de sus pies para que yo entrara.<br /> Sobra que les diga que, sin pensar en las consecuencias, me monté en esa potranca entusiasmada y que cabalgué en ella gozoso por varios minutos; pero no sobra que les diga (porque no era previsible) que justo en el momento del climax con Magola, Tomás Moreno bateó el hit con hombre en segunda que dejó a Córdoba con las manillas en las manos. <br /><br /><br />2010.Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-58850103500515375612012-04-11T11:32:00.002-07:002012-04-11T11:40:46.350-07:00LA GORDITA DEL TROPICANA- Prólogo.PALABRAS DE ENTRADA<br />Carlos Orlando Pardo<br />Seré verídico para que no me crean <br />Tomás Carrasquilla<br /> La patria del hombre es su infancia, sentenció alguna vez León Tolstoi y es de aquella fuente inagotable donde Mora Vélez bebe para entregarnos este nuevo libro poblado por historias de inocencia, tan extrañas aunque bellas hoy como cuando a Aureliano Buendía su padre lo llevó a conocer el hielo. Y avanza hasta los tiempos de la pubertad encabritada donde el instinto comienza a alargarse y los sueños húmedos alcanzan su pedestal para transformarse, con el paso del tiempo, en la emoción de recrearlos en la literatura, sin que la vida se detenga ahí sino vaya inclusive a las horas que cruzan hasta que el sol comienza a iluminar nuestra espalda. Épocas fantasiosas y de maravilla por la candidez en que crecimos con los sueños intactos y nos permiten resucitar antiguas emociones bajo la magia de la palabra justa, pero ante todo por el de la turbación creativa que no deja morir escenas de momentos que marcan nuestra vida y son más o menos comunes a una generación que hoy se erige en plena madurez. <br /> Salvo para la grata curiosidad del mundo literario, el origen remoto o próximo de una fábula vertida al relato no tiene la importancia que refleja a la hora de la verdad cuando se lleva al texto escrito. Sus razones desde la evocación para hacerlo no pasan de ser un lugar frecuente a buena parte de los escritores en el planeta. Lo que sí resulta noticioso, en este caso, es el cambio repentino, tanto en su novela A la hora de las Golondrinas como en este nuevo libro de cuentos de Antonio Mora Vélez, del escenario usual de sus ficciones que circulan por las carreteras intergalácticas a las avenidas donde uno se tropieza con situaciones ubicadas precisamente en este mundo, en que su búsqueda continua y creativa por cambiar de atmósferas y temas, hace su aparición lejos de aquellos nidos estrellados y asteroides remotos. <br /> Entre uno y otro, por fortuna, lo que permanece intacto es su talento en el narrar, la creación de ambientes que viajan hacia el centro de los sentimientos encontrados, dosificación inteligente de la anécdota, economía de lenguaje y estructura que lleva sin duda a atrapar al lector entre las fauces poéticas y a veces desencantadas de las pasiones evocadores de un tiempo diluido que rescata y resucita en su lucha tenaz contra el olvido. <br /> Sin duda, el lector hallará en estas páginas la lucha del ser por reconstruir viejos pasajes instalados en la memoria que dejan florecer emociones y aprendizajes alrededor de la fugacidad de la existencia. Reconforta estacionarse en libros como este de Antonio Mora Vélez que nos permiten vivir estremecimientos y nos deja la impresión no de haber leído un libro sino de haberlo sentido, la indiscutible magia de los escritores verdaderos. <br /> Desde la valija de sus evocaciones, el autor nos remite a un universo desdeñado y desconocido hoy que parece extraño al de la era de la tecnología y creyera removido sólo de su imaginación pertinaz ya reconocida internacionalmente, porque se juzgarán extrañas y hasta de la escuela del realismo mágico sus historias, pero quienes hemos vivido lo prodigioso de las provincias entendemos que es la vida de cuerpo entero, por dentro y por fuera, la que palpita y cabalga sin temor por sus páginas. <br /> Los 21 relatos que integran el nuevo volumen de Antonio Mora Vélez, se distinguen también por su brevedad y lo intenso de las historias que narra. Las reiteradas dedicatorias de los textos a seres queridos suyos que partieron más allá de la vida pero no del afecto, concretan no sólo un homenaje a su memoria, sino a un pretérito donde habita la pobreza y la ilusión de crecer, como si el lente retrovisor permitiera el examen de un largo trayecto por la existencia donde la satisfacción de haber vivido algunas desilusiones no dejan huella de resentimiento sino de aprendizaje, y aquí está el testimonio estético desde lo estrictamente literario para eternizar esos instantes. <br /> ¿Qué significan para un niño las pequeñas cosas? Mi caja de cartón magnifica lo que simbolizaba para ese infante el recipiente ajado de cartulina gruesa que el chiquillo asumía como su único tesoro y logra poner en primer plano para que tome vida algo tan en apariencia insignificante, lo que sólo el buen cine o la buena literatura logran. Allí, en ese pasaje que conmueve escrito en 1978, deja ver cómo, desde hace ya más de tres décadas, Mora Vélez era en realidad no un aprendiz sino un escritor. <br /> El grato paseo al que nos lleva, tiene variedad de paisajes y situaciones que pueden ir hasta Los Indios donde los cuentos de miedo, la música, el deporte y el mar son el escenario. El de la evocación de los sustos y las creencias de la infancia bajo el templo de lo supuestamente demoníaco por el ritual de los masones, en Berenice. La primera decepción amorosa que de tragedia íntima se transforma en resurrección rápidamente, en Más bella que Georgina. El cambio de mirada sobre la vida en Mi dulzaina. El gallito giro como un juguete viviente al que las limitaciones de la pobreza llevan a su exterminio. En Recogiendo los pasos los espíritus que aparecen para despedirse. En Cielito, las suplantaciones y el abandono. En La gordita del Tropicana, la sesión de estrenar el adiós a la virginidad. En El borrachito de las 36, el enfrentamiento a la sensación cercana de la muerte violenta. En Ligia María, la corraleja, el acordeón y el merengue. En Rosario, el miedo a la recreación. En Plácida, el amor frustrado y evocado. En El partido de Magola, el béisbol y el deseo paralelos al ritmo del juego y la pasión exaltada por el deseo sensual. En El niño Dios, los tradicionales regalos de navidad cuyo conocimiento de la verdadera procedencia permiten el desencantado instante de la pérdida de la inocencia. En La aventura de los mangos, las pilatunas y la angustia de la madre cuando el hijo se va sin decir adónde. En Ana Bolena, los versos, la pobreza, la coquetería. En Por conversar un rato con Mariela, incomparable y bella evocación de los amores desaparecidos. En El funeral de mi abuelo, el abandono y la tristeza por la muerte. En Tierrasanta, el comienzo de un activismo sindical y en El circo, aquel asombroso espectáculo que todos vivimos y admiramos. En fin, un viaje por la vida vuelta lenguaje y un libro de Mora Vélez que recibimos con alborozo.<br />Ibagué, Nuevo Rincón Santo, marzo 5 de 2012Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-17841379404008294482012-04-08T09:23:00.001-07:002012-04-08T09:24:34.208-07:00A BARRANQUILLAPor Antonio Mora Vélez.<br /><br />Te confieso que casi nunca<br />me he mirado en el espejo de tu ritmo,<br />que fuiste una referencia triste <br />en las páginas de mi exilio <br />y la imagen de una calle alborotada<br />a mi retorno con el tiempo.<br />No puedo decir que jugué<br />bola de trapo en tus campos de arena<br />(Excepto en Soledad, cuando era villa)<br />ni que bailé en las verbenas de Rebolo,<br />ni que me pinté la cara en la Batalla de flores.<br />Tampoco puedo decir que el arroz con liza<br />es mi plato favorito y no por proletario<br />sino porque me gusta más el de frijolito.<br />Y no enfatizo las erres cuando hablo<br />y no digo ¨ Ajá ñero ¿y qué? ¨, cuando saludo<br />y no creo –aunque a veces le haga barra- <br />que el Junior sea tu papá.<br />Pero tu aire cálido me dio la bienvenida al mundo<br />en una pieza humilde de Felicidad, Cuartel y 20 de Julio<br />y esa es de las cosas que no se pueden borrar<br />del sentimiento<br />por mucho bocachico,<br />por mucho suero atolla buey<br />y por mucho porro pelayero <br />que hayas disfrutado en tu vida.<br /><br />Sincelejo, 1.998Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-86026982826036307032011-12-23T15:47:00.000-08:002011-12-23T15:49:25.869-08:00EL NIÑO DIOS (Cuento navideño)Por Antonio Mora Vélez<br /><br />En memoria de Rosa Elena Vélez,<br /> la amorosa y buena mujer que me dio la vida.<br /><br /><br />Durante la Navidad del año santo de 1950, y cuando apenas tenía ocho años de edad, descubrí que el Niño Dios era una hermosa historia que llevaba la buena intención de convencernos que los regalos de la Navidad no los entregaba el Papá Noel de las películas sino el niño Jesús, que amaba a todos los niños del mundo. Mis amigos mayores de la calle Larga me decían que no era así, que no creyera ese cuento, que el Niño Dios eran los padres de uno y que nos acostáramos pero que nos quedáramos despiertos, con los ojos cerrados durante toda la noche, para que los viéramos ponernos en el cuarto los juguetes bien entrada la madrugada. Y la verdad sea dicha, yo lo intenté una vez pero me quedé dormido y cuando desperté encontré que ya estaban a mi lado el trompo metálico y el clarinete de esas Navidades.<br /><br />Por lo anterior sucedió que descubrí el misterio pero de otro modo y por mi mamá, que era muy católica y que no hubiera querido que lo desvelara tan temprano. Todo ocurrió así como se los cuento. En la tarde de esa Navidad mi madre me llevó al portal de la Gobernación para ver la Feria de los juguetes con la intención de comprobar cuál de los muchos que había exhibidos en el piso me gustaba. Y a mí me gustó un camioncito de bomberos, de color rojo, que tenía una manguerita enrollada y un par de escaleras metálicas a los lados, como los de verdad que yo observaba al otro lado de la bahía desde el balcón de la playa del Arsenal. Ella, al verme la luz de la ilusión en mis ojos, me dijo: Escríbele la carta al Niño Dios y le pides ese juguete, seguro que él te lo manda.<br /><br />Mi madre se las ingenió para que el dueño del negocio le envolviera el camioncito en papel periódico mientras yo seguía mirando los demás juguetes en el suelo. Cuando regresé donde ella estaba ya tenía el camioncito envuelto y le pregunté qué era y para quién y ella me respondió que era un regalo que le iba a hacer a un ahijado hijo de una amiga pobre que ella quería mucho. Entonces me cogió de la mano y tomó la ruta de la calle Román hacia el camellón de Los Mártires.<br /><br />Durante el recorrido no dejé de mirar el envoltorio que llevaba mi mamá debajo de su brazo izquierdo. Al pasar por el Mercado Público le pedí que me comprara un refresco de leche en uno de los kioscos de la entrada y ella accedió. Luego de tomarnos los refrescos, en el instante de pagar al quiosquero, el papel del regalo dejó salir por uno de los pliegues una manguerita exactamente igual a la del carro de bomberos que había visto en la feria de la gobernación y que me había gustado. <br /><br />--Mami ¿qué es esa manguerita que sale del regalo? –le pregunté.<br /><br />Mi madre me respondió que era el regalo del ahijado y que la mamá de él le había pedido que le comprara lo que a mí me gustara. Yo no le dije nada más aunque quedé con la duda de porqué el ahijado de ella no le pedía la navidad al Niño Dios, como todos los demás niños.<br /><br />A la mañana siguiente amaneció en mi cama, a mis pies, el carrito de bomberos que habíamos visto en la feria, con la misma manguerita con la punta partida que le había observado en la refresquería del mercado. <br /><br />Mi mamá estaba sentada a mi lado sonriente, observando mi reacción por el regalo. Yo lo cogí entre mis manos y después de manosearlo un rato y de aprender cómo se elevaba la escalera, cómo se tocaba la campanita y cómo se desenrollaba la manguera del agua, le dije:<br /><br />--Mami: Los pelados grandes del barrio dicen que el Niño Dios es el papá de uno, pero como yo no tengo papá, ahora sé que mi Niño Dios eres tú. Porque fuiste tú la que me compró este carrito de bomberos.<br /><br />A mi madre se le aguaron los ojos, me abrazó y me dijo: “Hijo, es verdad, no es el Niño Dios quien puso los juguetes hoy porque él apenas está recién nacido, es Papá Dios. Él hace, con su infinito amor, que nosotros los padres tengamos la plata para comprarlos”.<br /><br />Montería, diciembre 10 de 2009Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6465383214477820380.post-77941308210578015152011-12-01T02:25:00.001-08:002011-12-01T02:26:27.778-08:00EL CLON DE BORGES: UN APORTE DE CAMPO RICARDO BURGOS A LA CIENCIA FICCIÓN COLOMBIANA.Por Antonio Mora Vélez.<br /><br />Campo Ricardo Burgos, uno de los nuevos valores de la ciencia-ficción colombiana, acaba de publicar su segunda novela titulada El clon de Borges (diciembre de 2010, edición de autor). Ya antes había publicado José Antonio Ramírez y un zapato (novela, La Serpiente Emplumada, 2003) y el ensayo de teoría literaria Pintarle los bigotes a la Mona Lisa: Las Ucronías (U. Sergio Arboleda, 2009). Es autor también de un extenso ensayo sobre La narrativa de ciencia-ficción en Colombia que fue publicado en la colección Literatura y Cultura. Narrativa colombiana del siglo XX (Mincultura, 2000).<br />Las novelas de Burgos López que comentamos tienen en común hacer literatura con personajes que adolecen de serios trastornos mentales, situación ésta que le permite al autor urdir una trama con base en tales patologías y derivar de ellas una propuesta fantástica o de ciencia-ficción. No le resulta difícil a Burgos López hacerlo puesto que es Sicólogo de profesión y uno de los pocos estudiosos que tiene el país de los géneros literarios fantasía y ciencia-ficción.<br />En el caso de su primera novela, Juan Antonio Ramírez y un zapato, el personaje se enamora de un zapato y hace vida marital con él, aberración que lo convierte en un ser excéntrico y que lo conduce a enfrentar a su propia familia, a sus amigos y a la sociedad, en defensa del derecho a hacer vida social y conyugal con semejante objeto. En esta novela de Burgos López el personaje aparenta ser un empleado común y corriente, que se desenvuelve normalmente en una sociedad sin sobresaltos, sin hacerle daño a nadie, y cuya locura es estar enamorado de un objeto insólito que tiene evidentes connotaciones eróticas desde tiempos inmemoriales. No se insinúa siquiera que tal o cual moda, invento o costumbre de la sociedad moderna --y el zapato no lo es-- haya causado la locura de José Antonio. Razón por la cual, en mi opinión, y con el debido respeto y admiración por Campo Ricardo, su obra "José Antonio Ramírez y un zapato", no pertenece al género de la ciencia-ficción. Es una ingeniosa e inteligente novela sicológica que se vuelve fantasiosa por la dirección sentimental que asume el personaje en su locura y que está encaminada a justificar las relaciones maritales y sexuales no convencionales y a criticar la intolerancia frente a la diferencia, característica de la sociedad colombiana de hoy.<br />La novela reciente, El clon de Borges, en cambio, sí presenta un argumento típico de la ciencia-ficción: la clonación de un ser humano, ya tratado en muchas obras anteriores, entre las cuales me permito mencionar Un mundo feliz de Aldos Huxley, y Glitza del autor de estas líneas. Pero mientras la economía social es el acicate que mueve a la clonación de los seres humanos en la novela de Huxley y el amor es la razón que inspira la clonación de la joven Glitza, El clon de Borges es, igual que en la primera novela de Burgos, producto de una patología síquica de un tal Miguel Ospino que ha convertido a Borges en un dios y que ha caído, según sus propias palabras “en la Borgeslatría o adoración de Borges a la manera de una divinidad”, idolatría que lo lleva a mantener prisionero en una gran hacienda al clon de Borges para disfrutar de esas obras que Jorge Luis Borges no alcanzó a escribir pero que su clon sí lo hizo, superando las anteriores, vale decir, las escritas por el original. <br />Pero no es solo ciencia-ficción por el ingrediente científico de la clonación. Esta novela, igual de bien escrita y amena como la anterior de Burgos López, parte del supuesto que la obra del Borges real pudo haber sido mayor y mejor si no muere, si hubiese podido ser eterno o haber vivido algunos años más. En las palabras del autor: “¿Por qué no salvar del olvido a todos esos poemas, ensayos o cuentos que todavía no habían tenido tiempo suficiente para ser escritos?”. En la novela, el Borges clonado continúa la obra borgiana original y escribe algo que el primero jamás quiso hacer: una novela. Esto es, salva los textos que el Borges original no alcanzó a escribir. Y hace de este modo transficción, pero no con un ser ficticio, de novela, sino con uno real que tiene un lugar merecido en la historia universal de la literatura.<br /> No obstante que la divulgación social de esta obra de continuación no sucede aún en la novela de Burgos–y ese es el gran dilema del idólatra personaje central que la disfruta con su séquito— El clon de Borges es un ejemplo de ucronía, en la medida en que “explora caminos alternativos a los que suele haber establecido la historiografía en un momento dado y acerca de un evento dado de la historia”, para usar las mismas palabras de Burgos López en su obra teórica sobre el tema; y la ucronía, como él lo reconoce y lo afirma un grande de la literatura contemporánea: Umberto Eco, es una de las variantes de la ciencia-ficción posmoderna.<br />Aquí conviene precisar que una obra no es de ciencia-ficción solo por el hecho de tener una ciencia actuante dentro de la argumentación y la trama. En el caso de Burgos López esa ciencia es la sicología y se corre, por lo mismo, el riesgo de considerar todo cuento o novela suya, presente y futuro, como de ciencia-ficción porque, casi con seguridad, en todos ellos van a estar impregnando el tejido literario sus conocimientos de sicología. En ese error incurre el escritor cubano Oscar Hurtado al considerar que las narraciones de Jorge Luis Borges son de ciencia-ficción porque la filosofía, que es una ciencia, está presente en todos sus cuentos. Y quienes estimen que es ciencia-ficción la novela Soplo mortal de Isacc Asimov, por la fama del autor y porque se desarrolla en el laboratorio de química de una universidad y el asesinato que en ella se sucede solo pudo ser esclarecido gracias a los conocimientos de esta ciencia que posen los investigadores. <br />Una obra es de ciencia-ficción si propone una realidad diferente en La Tierra –la de ayer o la de hoy- o en otro mundo y tal realidad es originada o explicada por la acción de una o varias de las ciencias, naturales o humanas, o por una ciencia inventada por el escritor para justificarla literariamente. El cambio en el panorama de la sociedad, en el planeta o en el universo o en su comprensión es sustancial para definir el género, no basta la sola aparición de tal o cual ciencia en la argumentación y/o en la acción de los personajes. De hecho hay críticos que consideran que el ingrediente científico real no es necesario para que una obra sea considerada de ciencia-ficción y para quienes la mejor ciencia-ficción se ha escrito en contravía de la lógica del método científico. Dos de ellos, Robert Scholes y Eric Rabkin, en la obra arriba citada, sostienen que los escritores de ciencia-ficción tan solo se sirven de la ciencia “con rigor o sin él, para alcanzar su objetivo fundamental, que es explorar la vida y el espíritu del hombre”.<br />En la novela El clon de Borges, la clonación del gran escritor latinoamericano está llamada a producir un cambio tal en la sociedad nada más por el hecho anunciado de que los escritores notables no morirían nunca, con lo que conceptos tales de la crítica literaria como la “originalidad” las “influencias” y los “antecedentes literarios” deberían ser, al menos, replanteados. Y porque un cambio de esa magnitud tendría una amplia repercusión en el ámbito jurídico ya que la sociedad tendría que definir qué personas podrían ser clonadas y convertidas de ese modo en eternas y cuáles deberían ser condenadas a permanecer en el limbo de la intrascendencia. Y surgiría una nueva disciplina crítico-literaria: el estudio comparado de las obras del escritor original y de sus diferentes clones. Por ejemplo qué aportó el Borges 2 al Borges 1 y en qué se diferencian el Borges 3 del Borges 2. Sin contar con que habría entonces bibliotecas por autores: La biblioteca García Márquez, la Biblioteca Ray Bradbury, dada la cantidad de obras que tendrían la misma firma pero de diferentes clones.<br />Esta obra es, sin duda, un aporte valioso de Campo Ricardo Burgos a la literatura de ciencia-ficción colombiana. Un destacado comentarista y cultor de la ciencia ficción, Dixon Acosta, ha dicho en una reciente reseña de El clon de Borges que con ella Burgos López se perfila como el legítimo sucesor de René Rebetez y Antonio Mora Vélez, a quienes ambos –Dixon y Burgos—nos consideran los reales precursores de este maravilloso género literario en nuestro país. Sobre tal afirmación de Dixon, debo decir que para mí y si René estuviera vivo también lo diría, es un honor ser sucedido por un joven tan talentoso y brillante como Campo Ricardo Burgos, aunque también he pensado que ese sucesor podría ser Orlando Mejía Rivera, otro culto y talentoso escritor colombiano de ciencia-ficción, autor del magistral cuento El asunto García y de la apasionante novela El enfermo de Abisinia. <br /><br />Montería, febrero de 2011.Antonio Mora Vélezhttp://www.blogger.com/profile/05338148597039870179noreply@blogger.com5